La inmensa mayoría del electorado coincidirá en la imposibilidad de que Álvarez Máynez gane las elecciones del próximo 2 de junio. Las casas encuestadoras profesionales, aquellas que no han vendido sus resultados, le conceden al candidato de MC, si acaso, entre un generoso 7 o un 10% de probabilidad de ganar la presidencia de la República.
En los propios cuarteles de MC, aunque no lo confiesen públicamente, estarán convencidos de que ni un milagro (para quien todavía crea en los prodigios), podrá revertir la voluntad popular a favor de Máynez, sobre todo, si estamos a tan solo un mes de los sufragios más aventurados en la historia de México, desde los celebrados entre Díaz y Madero en otro mes de junio, pero de 1910, que desencadenaron el estallido de la primera parte de nuestro movimiento armado a raíz de un escandaloso fraude electoral.
De acuerdo a lo anterior, Máynez tiene 3 opciones: una: mantenerse en la contienda como un candidato claramente perdedor; segunda: declinar a favor de Claudia y, tercera: hacerlo por Xóchitl. Por supuesto que, en los últimos dos casos, su decisión implicaría negociaciones en lo que hace a cargos en el gabinete, en el Congreso de la Unión y en los locales. No se trata de una inmolación suicida, sino de adquirir mucho más peso y fortaleza en la política nacional y, por ende, contar con más poder en el diseño del colosal destino de México o la nada.
Declinar a favor de Claudia significaría coincidir con las aberrantes decisiones de AMLO, ya que ella representa el continuismo suicida, la construcción de los segundos pisos que conducen al abismo. Declinar a favor de Claudia, es tanto como apoyar la desaparición de poderes federales, el gobierno de una sola persona, ya que si el próximo noviembre, aquella nombrara a otra ministra enemiga del Estado de Derecho, como Batres, Ortiz y Esquivel, un trío de candidatas al juicio político de subsistir nuestra democracia, simplemente desaparecería nuestro máximo tribunal, pues al haber tan solo 7 magistrados ceñidos a la legalidad y 4 morenistas convencidos de la que “la ley no es la ley”, cualquier iniciativa legal proveniente del congreso o de palacio sería constitucional, incluida la no reelección y la extinción de los organismos autónomos entre otras barbaridades y obscenidades propias de la “Cuarta Trituración” del país.
Declinar a favor de Claudia es apoyar el robo de las Afores, es continuar con los abrazos y no balazos, con la consolidación del crimen autorizado, con las extorsiones, con la explosión de la pobreza, con la división social del país, con la destrucción del sistema educativo, de seguridad nacional y de salud pública. Hacerlo, conlleva a proseguir con un crecimiento económico de menos del 1% en el promedio sexenal, con el daño a la marca México, entre otros incontables perjuicios, cuya reversión será muy costosa en todos los órdenes de la vida nacional.
Declinar a favor de Xóchitl equivale a la reparación del orden jurídico y social, a la preservación de nuestra democracia, a la evolución económica, a la generación de empleos productivos, al uso de energías limpias y baratas, a la contención del endeudamiento público, a la cancelación de las pérdidas de Pemex y de CFE y del monstruoso desperdicio financiero originado en las obras faraónicas. Xóchitl significa la reinstalación del proceso educativo, la erradicación de la corrupción, de las extorsiones y la instalación de la alta tecnología, de la modernidad y de las ventajas de la inteligencia artificial.
¡Máynez!: declina a favor de Xóchitl, jamás ganarás, bien lo sabes: es la hora afortunada de las mujeres. De lo contrario contribuirías a la destrucción de la República, al porvenir de tus hijos, de todos nuestros hijos, para quienes deseamos una educación de excelencia, empleo, seguridad pública, verdadero bienestar, garantías ciudadanas, estabilidad política y democracia que jamás tendremos si rindes la causa de la libertad y del progreso a los destructores de México. Tu 7 o 10% puede ser la diferencia entre la vida y la muerte el 2 de junio. Nos jugamos el futuro. ¿Amas más a AMLO y a Sheinbaum que a México? No ganarás la presidencia, no, pero la patria habrá de ceñir tus sienes de oliva al haber eliminado a un extraño enemigo de nuestras más caras causas. No lo pienses, Jorge: es Xóchitl o la nada, incluido MC: ¡La Patria es Primero!