Ciudad de México.- El precio de la gasolina no cede, y en la Ciudad de México es, en promedio, 63 por ciento más caro que la que se paga en Texas.
Representantes del sector energético coincidieron en que, con la venta de gasolinas a precios superiores a los estadounidenses, el Gobierno federal cobra impuestos que le permiten cubrir parte del “boquete” fiscal del 55 por ciento de los mexicanos que laboran en la informalidad, programas sociales e inversiones en sus proyectos insignia.
Según datos del Departamento de Energía estadounidense y de la Comisión Reguladora de Energía (CRE), en la primera semana de mayo, por ejemplo, el precio promedio en Nuevo León de la Magna fue de 24.52 pesos, 68 por ciento más alto que la de su equivalente en Texas, que es la Regular, de 14.60 pesos.
En la Premium, Nuevo León promedió 27.08 pesos por litro, 50 por ciento más que los 18.10 pesos de su equivalente en Texas.
No obstante, en lo que va del 2024 el diferencial ha llegado a ser de hasta el 98 por ciento.
Ayer, por ejemplo, la CRE reportaba precios para el área metropolitana de hasta 27.99 pesos de Premium y de 26.99 de Magna.
Éstos eran, incluso, más altos que los de la Ciudad de México y Guadalajara.
La CRE y datos de PetroIntelligence reportaban ayer máximos de 26.89 y 27.9 pesos para la Premium en CDMX y Guadalajara, respectivamente, y de 24.99 para la Magna en ambas Ciudades.
Alejandro Montufar Helú, director de la plataforma de análisis petrolero PetroIntelligence, consideró que el diferencial de precios con Estados Unidos en gran medida es consecuencia del esquema fiscal.
“La gasolina es una fuente de ingresos muy importante”, indicó, “le genera una recaudación considerable al Gobierno, pues su precio se mantiene en México por encima del de Estados Unidos.
“Los impuestos a las gasolinas y diesel, productos que ahora su importación anda cerca del 60 por ciento, no son para Pemex, son para tapar el hoyo de la informalidad que impide aumentar la recaudación del Gobierno, y para pagar sus programas sociales, sus inversiones y sus gastos de operar”.
César Cadena, presidente del Cluster Energético de Nuevo León, dijo que un factor importante que encarece las gasolinas en México con respecto a Estados Unidos es el contrabando de combustibles.
“Es una historia real que podemos sacar de más impuestos”, dijo, “porque si comparamos el precio al que se compra el combustible, de 12.20 pesos por litro, que es lo que cuesta ahora en Estados Unidos, más un peso que cuesta traerla, más 7 pesos del IEPS y otros 2 pesos del IVA, ahí está todo el costo al que se agrega el margen de ganancia del gasolinero o del expendio”.
Ambos coincidieron en reconocer que el esquema fiscal de las gasolinas en México también sirve para mantener relativamente estable el precio del combustible al “suavizar” alzas abruptas mediante incentivos consistentes en ajustes a la baja en el Impuesto Especial Sobre Producción y Servicios (IEPS).
HLL