“Fue una fiesta”. Así recuerda el líder obrero Mario Baños Briseño la inauguración en 1994 de la fábrica Carnival de Pachuca, que hoy atraviesa momentos difíciles por motivos legales.
Una enorme cantidad de operarios se congregaron para recibir en el acto de apertura al presidente Carlos Salinas de Gortari y al gobernador Jesús Murillo Karam.
Ahí estaban entonces el eterno líder de la Confederación de Trabajadores de México (CTM) en Hidalgo, Daniel Campuzano Barajas, el secretario de Desarrollo Económico y quién después sería gobernador, Manuel Ángel Núñez Soto, y desde luego el dueño de la enorme factoría, Moisés Assa Duek.
POTENCIAL EMPLEO A 7 MIL TRABAJADORES
Desde nueve meses antes empezó la capacitación de los trabajadores en unos galerones que se instalaron muy cerca del parque del Charro en la avenida Cuauhtémoc de Pachuca.
Estaba programado para dar empleo a 7 mil trabajadores, pero finalmente no hubo la suficiente capacidad de mano de obra.
“UNA MARAVILLA”
En su momento, la fábrica “era una maravilla” para los trabajadores pues contaban con buenas prestaciones, salarios arriba del promedio, transporte gratuito y servicio de comedores.
“Una vez le platiqué al dueño que lo único malo del comedor gratuito era que las tortillas llegaban frías”.
Unos días después “me llamó. Acudí y me enseñó que había comprado una máquina fabricante de tortillas”.
Así que “los trabajadores se pusieron felices: comían con tortillas calientitas, recién salidas y sin costo alguno”.
ANTES DEL CASO COLOSIO
La inauguración ocurrió días antes del atentado contra el candidato presidencial priista Luis Donaldo Colosio, dijo.
Todavía no había esa sombra en la administración de Carlos Salinas de Gortari quien lucía muy animado platicando con los obreros y con el entonces gobernador Jesús Murillo, recuerda Baños Briseño.
TRES DÉCADAS DESPUÉS
Eso ocurrió hace 30 años, pero el recuerdo está fresco y entonces nadie se imaginaba que algún día habría un pleito legal que está poniendo en riesgo la estabilidad de esa fábrica.
“Llegó mucha gente a la inauguración. Los trabajadores capacitados llegaron a bordo de decenas de autobuses incluso desde Apan y otros municipios de Hidalgo”.
A todos les daban transportes sin costo y el dueño de la fábrica los trataba muy bien.
EJEMPLO DE CONSTANCIA
Moisés Assa le contó a Mario Baños que emigró desde Israel en busca de un mejor futuro.
“Llegué con una mano atrás y otra adelante”, le platicó.
“Trabajé y unos patrones me trataban muy bien y otros con la punta del pie”.
Por eso le gustaba dar un trato digno a los obreros.
Incluso mandó colocar un altar a la Virgen de Guadalupe en la fábrica, era respetuoso de la religión católica de los obreros aunque profesaba distinta fe.
BUENOS PATRONES
“Es de reconocer cuando hay buenos patrones y él (Moisés Assa) era muy consciente de las necesidades de la gente”, mencionó Baños Briseño, secretario general de los trabajadores de Carnival y del Sindicato de la Industria de la Confección.
“Don Moisés era enemigo de tratar mal a la gente”.
La inauguración fue en un día de mucho sol, con mucha alegría, con un futuro muy prometedor para la empresa, añadió.
“Por eso hacemos votos por que Carnival pronto encuentre la estabilidad. Es la fábrica más grande de la ciudad”, concluyó.