Es temporada electoral y días complicados para este País que busca construirse y reconstruirse, en medio de tanta división y violencia. Han sido décadas de transiciones económicas y desde hace 6 años, de un estilo de gobierno que prometió pensar en las mayorías y que asentó un sistema de convivencia con el crimen organizado que nos costará décadas extirpar. Pero la construcción de una sociedad mejor depende de que tengamos un sistema de producción de riqueza más igualitario y justo, que incremente la probabilidad de que las mayorías puedan tener un mayor ingreso y el equilibrio trabajo-vivienda pueda crear mejores condiciones para que nos encontremos todos en la ciudad. 

Por eso, iniciativas como “Hagamos ciudad”, el festival de nuevo urbanismo que se llevará a cabo en León, auspiciado por grupo Trinitate, el 30 y 31 de mayo, son bienvenidas para conocer tendencias, compartir experiencias y proponer proyectos concretos que pudieran implementarse en León. Presentada la iniciativa de Ale Gutiérrez estos días en su plan hacia los 450 años de la ciudad, se trata de complementar los puntos de vista de todos los actores hacia códigos territoriales, planes maestros de desarrollo, políticas públicas, reglamentos urbanos, iniciativas inmobiliarias, que nos lleven a la sustentabilidad de este ecosistema leonés, que debe ser de todos, empezando por las mayorías que tienen poco o nada en lo material. 

¿Qué es el nuevo urbanismo? Es la visión arquitectónica bajo la cual se construyen ciudades sustentables y conectadas que permiten satisfacer las necesidades del presente sin poner en riesgo las del futuro; es un movimiento unido en torno a la idea de que el entorno físico puede incidir directamente en ofrecer una vida más próspera y feliz a los habitantes. Supe de este concepto hace 20 años por Don Ernesto Gómez Hernández, cuando escribía yo un libro de construcción sustentable y él me invitaba a encuadrarlo en una nueva manera de ver la traza urbana, los espacios de encuentro en las calles. Por él, conocí a urbanistas como Andrés Duany, que planteaban estas ideas y provenientes del mundo industrializado, pues el Nuevo Urbanismo surgió como concepto en los Estados Unidos en la década de 1990 y se consolidó a través de los llamados Congresos del Nuevo Urbanismo.

En 1996, este movimiento lanzó la Carta del Nuevo Urbanismo con el objetivo de establecer los ideales y principios rectores del movimiento y así, explorar las posibilidades de desarrollo de las ciudades norteamericanas. La Carta comienza con los principales desafíos que busca enfrentar el Nuevo Urbanismo, como la expansión urbana descontrolada, la falta de inversión en los centros urbanos, el aumento de la segregación en las ciudades, la pérdida de tierras agrícolas, la degradación ambiental y la “erosión” del patrimonio construido.

He podido conocer el papel que tienen los municipios en aplicar estos conceptos, ya en Singapur, Shangái, Barcelona, Costa Rica, Medellín y considero que el gobierno puede incidir, claro, los legisladores también, por supuesto, pero es en realidad en el mundo de los acuerdos ciudadanos con el gobierno local, donde se pueden plantear alternativas. Al final de cuentas, en el mundo capitalista, el gobierno puede incidir con leyes a los particulares que detentan la tierra como reserva territorial. En León los conceptos de “nuevo urbanismo” tienen un campo de aplicación importante. Desde cómo se transmiten a las nuevas generaciones de urbanistas que se forman en las universidades, en cómo se constituyen los Consejos ciudadanos en los institutos de planeación, en los acuerdos del gobierno con los inversionistas inmobiliarios y constructores, para la expansión-contracción de la ciudad. 

Soy optimista de lo que puede aplicarse de estos conceptos en León, en la medida en que se involucre a la ciudadanía en proyecto de largo plazo, pues apenas sembramos para la sustentabilidad de nuestra descendencia en un ecosistema que tiene sed y que ha llegado al límite del agotamiento de la cuenca hidrológica y que resentirá en los siguientes días, una terrible ola de calor que nos recordará la necesidad de hacer ciudades más sustentables, como lo plantea el “nuevo urbanismo”.

 

RAA

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