Guanajuato, Guanajuato.- La iniciativa del PAN para incluir el principio de igualdad de género en la Ley de Obra Pública del Estado debe tener un diagnóstico que la fundamente, pues de lo contrario puede quedar en generalizaciones, por lo que apenas es un primer paso. Además, debe ir más allá de solo cuotas de género.
En lo anterior coincidieron varias de las mujeres participantes en el foro de consulta sobre perspectiva de género en la contratación de obra pública, realizado por la Comisión de Desarrollo Urbano y Obra Pública del Congreso.
Sin embargo, la diputada panista Margarita Rionda, autora de la iniciativa, expresó lo contrario: “No es tener obra por ser mujer, es que tenemos la capacidad. Nos sentimos discriminadas, por el hecho de ser mujeres no nos están dando obra los ejecutivos.
“Tenemos más títulos, pagamos impuestos, pagamos Seguro Social, pagamos a nuestros trabajadores, pero trabajamos al doble o al triple para que nos den obra”, reclamó.
Explicó que otra parte de la iniciativa busca que en la industria de la construcción, al anotarse en el mecanismo de licitación por puntajes, se tome en cuenta a empresas que hayan cumplido con la norma de igualdad laboral y no discriminación.
Al foro asistieron poco más de 50 profesionales de la construcción, entre presidentas de colegios de ingenieras, arquitectas, dueñas de constructoras, profesoras universitarias y estudiantes.
María Dorado señaló que se requiere hacer un diagnóstico estatal que fundamente la iniciativa. “No debe entenderse como paridad obligatoria, sino como igualdad de oportunidades”.
Noemí Albarrán Fuentes coincidió en que, sin datos precisos, cualquier iniciativa quedará en meras suposiciones y generalizaciones. Destacó la necesidad de un diagnóstico para saber qué sucede, pues afirmó que hay tantas realidades como mujeres en este País.
No obstante, aclaró que la iniciativa no está mal; sin embargo, es solo el comienzo, porque ayudará a generar estrategias.
Gabriela Santos Victoria expresó sobre la iniciativa: “Parece centrarse más en cubrir cuotas de género que en abordar las causas subyacentes de la desigualdad”.
Por eso, consideró crucial realizar un diagnóstico preciso de las barreras estructurales y culturales que impiden la inclusión plena y efectiva de las mujeres en la industria de la construcción.
Y mencionó que las cifras del INEGI revelan que la participación de las mujeres en el sector de la construcción en Guanajuato ha sido tradicionalmente baja, con un incremento leve pero insuficiente en los últimos años. En 2018 había solo 11.8% de mujeres trabajando en el sector de la construcción.
“El problema de estas iniciativas es que carecen de un diagnóstico”, coincidió y agregó que, en muchos casos, la falta de participación de las mujeres se puede deber a otras causas. Agregó que la capacitación y la experiencia deben ser los criterios principales para la asignación de contratos.
Otro participante hombre expresó: “Hay que tener cuidado con la inclusión porque alguno va a perder. Si no hay más mujeres en el sector es porque creen que van a tener que cargar bultos”. Pero destacó que, independientemente del género, lo que importa es hacer obras de calidad.
Otra asistente señaló: “En las Facultades de Arquitectura el 50% son mujeres, pero cuando salen ¿dónde están? Porque no las vemos en las obras ni haciendo trámites en los municipios.
LALC