PAN vs Morena, el esperado agarrón
Hoy es el Día D, el más esperado del año para los políticos y los partidos. Hoy habrá seis elecciones simultáneas. Los mexicanos elegiremos a nuestra próxima presidenta de la República- se ve casi imposible un triunfo de Jorge Álvarez Máynez- que por primera vez será mujer, senadores y 300 diputados federales.
En el estado votaremos por nuestra primera gobernadora, 22 diputados locales y 46 ayuntamientos.
El PAN, al ser el partido en el poder, 33 años en el Gobierno del Estado, busca refrendar su permanencia y todo indica que así lo hará en la persona de Libia Dennise García Muñoz Ledo, candidata de la coalición Fuerza y Corazón por Guanajuato, integrada por PAN-PRI y PRD, pues todas las encuestas publicadas en los próximos meses así lo anticipan.
Lo único que falta saber es con cuántos votos y puntos de diferencia lo hará frente a Alma Alcaraz Hernández, postulada por la coalición Sigamos Haciendo Historia, formada por Morena-PVEM-PT, quien echará toda la carne al asador hasta el final.
En el búnker panista dicen que sus números les dan para ganar con 12 a 14 puntos de diferencia. Entre sus preocupaciones está que la Guardia Nacional actúe a favor de Morena y sus candidatos.
La expriista hoy candidata naranja, Yulma Rocha, aspira a lo que ya hizo, presentarse como una tercera vía, y no solo para esta elección, sino para la construcción de un proyecto de futuro. Después de este proceso tomará las riendas de Movimiento Ciudadano y ahora sí a prepararse con todo para lo que viene, el 2027 y, sobre todo, para 2030. Atentos.
Congreso, el pastel codiciado
Pero la gubernatura, que el PAN confía retener, no es lo único que le preocupa, sino sobre todo mantener la mayoría en el Congreso local. Hoy tiene 21 de los 36 diputados.
En múltiples ocasiones Eduardo López Mares, presidente estatal del PAN, ha declarado públicamente que su partido va por todo: los 22 distritos de mayoría, y no hay duda de que ha hecho todo lo necesario para lograrlo.
El Congreso local es tan importante como la gubernatura porque desde ahí se toman muchas decisiones fundamentales para el manejo del Estado, fundamentales para que quien tenga el gobierno pueda operar.
Ahí se aprueban los presupuestos, se autoriza la contratación de deuda pública, de donaciones y ventas de terrenos y edificios públicos, se aprueban las revisiones de auditorías y cuentas públicas del Estado y los municipios, se nombran los magistrados tanto del Poder Judicial como del Tribunal de Justicia Administrativa, se nombran los contralores internos de los seis organismos autónomos del Estado, se ratifica al Secretario de la Transparencia y se nombra al Fiscal del Estado.
De ahí la relevancia de que el partido que gane la gubernatura gane también la mayoría en el Congreso. Es su brazo legislativo. Y ahí sí, nada se puede asegurar para el PAN.
Porque Morena, la segunda fuerza de Guanajuato, que ya cuenta con ocho diputados locales, buscará a como dé lugar aumentar su presencia.
Los pronósticos más alegres dentro de este partido afirman que fácilmente podrán ganar 10 distritos de mayoría, más los que resulten plurinominales. El vaticinio suena muy ambicioso, en virtud de que en 2021 solo obtuvieron un diputado de mayoría: Cuauhtémoc Becerra González, de Salamanca. Los otros siete actuales son plurinominales.
Aunque sí podrían aumentar uno o dos de mayoría, porque hace tres años los segundos mejores lugares a nivel estatal fueron: Ernesto Millán de Silao, Irma Leticia González de Irapuato y Edith Moreno, de Celaya, que por lo tanto llegaron a la curul por la vía plurinominal.
Pero tampoco suena tan descabellado si se considera que Morena puede conseguir los 10 diputados, pero en total, tanto de mayoría como plurinominales.
Eso significa aumentar dos legisladores y eso es más fácil, porque no sería difícil quitárselos al PRI, que desde 2018 va en franca decadencia.
Sobrevive la chiquillada
Llegados a este punto, el PRI lo que se juega en esta elección es su sobrevivencia política. Incluso, mantener una votación mínima de 3% de la votación total estatal para conservar el financiamiento público y tal vez hasta el registro, porque aunque es nacional, en todo el país tampoco le ha ido nada bien en los últimos años, bajo la presidencia de Alejandro Moreno.
Ha perdido las pocas gubernaturas que tenía y solo conserva la de Coahuila, que ganó el año pasado. Y tanto en Guanajuato como en México, el éxodo de militantes se parece al de Moisés de Egipto en la Biblia.
Si bien le va al PRI, mantendrá los cuatro diputados locales que tiene. No puede aspirar a más. Morena le ha ido quitando a muchos cuadros y militantes de relevancia.
Y con la calidad de candidatos a diputados que presentó, la oferta no es nada atractiva: jóvenes sin experiencia ni trayectoria alguna de ninguna clase, la enorme mayoría, salvo contadísimas excepciones. Los pocos que la tienen, sin liderazgo ni equipos políticos.
Y los ya conocidos priistas fieles a su partido y de buena voluntad que tuvieron su gloria hace algunos años, que fueron llamados a dar la cara por la camiseta y otros, solo por ser empleados o allegados a la dirigencia estatal.
Pero todos, sin posibilidad alguna de triunfo. Si acaso los presidentes municipales (hoy gobiernan 12 municipios, el más importante, San Miguel de Allende), porque tienen el manejo del recurso público económico y de personal.
Seguramente para sobrevivir frente a la embestida de Morena fue que el PRI se alió con el PAN.
El PVEM tiene el reto de no seguir perdiendo más votos que los 200 mil que le arrebataron en 2021 y junto con los cuales perdió un diputado local, regidores en varios municipios como León y Guanajuato capital, donde habían tenido presencia de más de una década.
Movimiento Ciudadano deberá pasar la prueba de fuego de mantenerse en el gusto del electorado que logró hace tres años con nuevos perfiles jóvenes, que le hicieron ganar regidurías en León y Guanajuato capital, donde no las habían tenido.
Y mantener su única diputación local, que conservan desde hace años, antes bajo el nombre de Convergencia. No se vislumbra que logre más que esa.
En cuanto a presidencias municipales, todos los partidos tienen el enorme reto de conservar las que ya tienen. Recordemos que hace tres años el PAN perdió varias, entre ellas dos importantes: Silao y San Miguel de Allende, aunque mantiene una mayoría, 26. Hoy su apuesta es no tener menos que eso, y, por supuesto, ganar León con el mayor margen posible, lo mismo que Irapuato y Celaya, este último donde se advierte más complejo.
El PAN tampoco quiere entregar la capital y la campaña de Samantha Smith fue intensa, con todo y las tarjetas violetas que reparte su marido el alcalde Alejandro Navarro.
En Silao, con Melanie Murillo, los azules esperan competirle a Morena. Vamos a ver.
En estos tres años el PAN “pirateó” alcaldías al PRD y a otros partidos que perdieron su registro como Redes Sociales Progresistas o de candidatos independientes.
Morena perdió dos presidencias municipales en 2021, de las cinco que tenía solo refrendó Salamanca y se quedó con tres (suma Silao y Doctor Mora). Ahora su meta es aumentar.
Y para el PRD su objetivo es recuperar el 3% mínimo de la votación que perdió hace tres años y con ello los tres diputados locales y el financiamiento público que tenía. Seguramente para sobrevivir frente a la embestida de Morena fue que el PRD también se alió con el PAN.
Los ciudadanos decidirán hoy si es que cumplen los deseos de estos partidos.
Violencia y elecciones
Un total de 27,637 elementos municipales, estatales y federales participan hoy en el operativo especial para garantizar la seguridad en la jornada electoral, y eso está muy bien. Lo cierto es que en Guanajuato la violencia política es parte del panorama electoral.
Del 1 de enero de 2018 al 25 de mayo pasado en Guanajuato se registraron 182 víctimas de asesinato, secuestro, amenaza, ataque armado, atentado, desaparición a autoridades de elección popular, candidatas (os), fuerzas de seguridad fuera de combate, funcionarias (os), integrantes de partido y familiares.
Esto representa el 9.95% de las víctimas de violencia político-criminal de todo el país.
En el periodo 2022-2023 Guanajuato fue la segunda entidad federativa con el mayor registro de casos de violencia político-criminal.
En ese periodo la violencia político-criminal se extendió a casi todo el país, con Guerrero, Guanajuato, Veracruz, Zacatecas y Baja California ocupando los primeros cinco lugares de mayor frecuencia en estos ataques. Solamente Baja California Sur no tiene registro de este tipo de eventos.
Así lo registra el reporte “Votar entre balas. Democracia vulnerada: El crimen organizado en las elecciones y la administración pública en México”, elaborado y publicado por Animal Político, Data Cívica y México Evalúa.
En el proceso electoral del 2021 en Apaseo el Grande la sustitución de funcionarios de casilla aumentó del 12% al 19%, mientras que la participación electoral bajó de 50% a 39%, con una acumulación de tres víctimas asesinadas en el proceso electoral 2021, incluyendo a un candidato a una regiduría y colaboradores de campaña.
“Los ataques del crimen a actores en la política disuade a los votantes a participar -ya sea como funcionarios de casilla o ejerciendo su derecho al voto- revelando así el enorme riesgo que la violencia político-criminal representa para elementos esenciales para la democracia. Con un menor número de funcionarios capacitados para contar votos, se desdibuja el elemento ciudadano que ha abonado a la confianza en los resultados. Con el desvanecimiento de la participación ciudadana, el crimen organizado tiene aún más posibilidad de afianzar sus lazos con el aparato estatal y sus integrantes”, analizan.
Celaya, suspenso
Tras varios años de violencia que la ubican como una de las ciudades más inseguras del País, este domingo más de 400 mil celayenses enfrentan el reto de votar por la continuidad o por un abrupto cambio político en la ciudad.
Las campañas estuvieron marcadas por el asesinato de la candidata morenista Gisela Gaytán Gutiérrez, que significó un parteaguas en la política guanajuatense.
A raíz de este hecho la manera de hacer campañas cambió drásticamente con la ausencia de grandes mítines y con elementos de la Guardia Nacional custodiando el andar de los candidatos.
La elección de este domingo se prevé como la más cerrada en más de tres décadas en Celaya.
A pesar del desgaste de 26 años en el poder, Acción Nacional, el partido blanquiazul, decidió confiar nuevamente en Javier Mendoza Márquez quien quiere ser el primer alcalde en reelegirse en la ciudad.
Sin embargo, en la recta final de su campaña hay señales que evidencian que los líderes panistas del estado y algunos sectores de la ciudad lo han dejado solo.
El ejemplo más claro fue en su cierre de campaña, al que no acudió la candidata a la gubernatura Libia Dennise García Muñoz Ledo ni el jefe panista estatal, Eduardo López Mares.
Pese a que su equipo intentó inflar las cifras de asistencia en el estadio de beisbol, solo logró reunir a poco más de mil asistentes y durante los discursos ni Marco Gaxiola, ni Sarahí Núñez, candidatos a la diputación local y federal, se subieron al escenario a acompañarlo.
El principal señalamiento es que el candidato del PAN-PRI-PRD decidió confiar ciegamente en su círculo cercano, poniendo en serios predicamentos la victoria de este domingo.
Del otro lado está Juan Miguel Ramírez Sánchez, quien anhelaba la candidatura en las últimas dos elecciones y que tuvo que sortear escollos para lograr sustituir a Gisela Gaytán.
Nunca como ahora, Morena tiene la oportunidad de arrebatarle uno de los grandes bastiones panistas en la entidad y para muchos la simple marca le podría sacar un susto a los blanquiazules.
Sin embargo, Juan Miguel tampoco ha logrado convencer a los indecisos, con pocas propuestas concretas y la sombra de una presunta falsificación de su título universitario e irregularidades a su paso por el campus Celaya-Salvatierra de la Universidad de Guanajuato.