Los astronautas de la NASA Butch Wilmore y Suni Williams son recibidos por la tripulación de la Estación Espacial Internacional.

Cabo Cañaveral, Florida.- La nueva cápsula de Boeing llegó el jueves a la Estación Espacial Internacional tras un retraso provocado por un problema de último minuto con el propulsor, que casi echó a perder este primer vuelo de prueba con astronautas.

El acoplamiento, a 420 kilómetros (260 millas) de altura sobre el océano Índico, fue la culminación de más de un día de dramatismo por el debut de Boeing en un vuelo espacial tripulado, en el que transportó a los pilotos de prueba de la NASA Butch Wilmore y Suni Williams.

Boeing planea mantener la Starliner en la estación espacial al menos ocho días, antes de guiarla de regreso a la Tierra para un aterrizaje en el oeste de Estados Unidos.

“Es agradable estar acoplados a la gran ciudad del cielo”, dijo Wilmore una vez que los enganches entre ambas naves espaciales quedaron fijos.

Williams ingresó primero a la estación espacial, bailando al ritmo de música. Le siguió Wilmore, quien tronaba sus dedos. Abrazaron a los siete residentes de la estación.

“Fue una bienvenida magnífica, una pequeña fiesta con baile”, apuntó Williams. “Esa es la forma de echar a andar las cosas”.

El vehículo espacial Starliner de Boeing se prepara para acoplarse a la Estación Espacial Internacional./Foto: AP

La cápsula Starliner ya había presentado una pequeña fuga de helio cuando fue puesta en órbita el miércoles con los dos astronautas de la NASA. Los administradores de Boeing y de la agencia espacial confiaban en que podían manejar el sistema de propulsión a pesar del problema, y señalaron que era improbable que se produjeran más fugas. Sin embargo, pocas horas después de iniciado el vuelo surgieron dos fugas más, y se descubrió una más tras el acoplamiento.

Más tarde, cinco de los 28 propulsores de la cápsula se desactivaron. Los astronautas lograron reactivar cuatro de ellos, lo que les dio un margen de seguridad suficiente para proceder. Para entonces, el Starliner había pasado la primera oportunidad de acoplamiento y dio la vuelta al mundo durante una hora más al lado de la estación antes de unirse a ella.

Los problemas de los propulsores no están vinculados con las fugas de helio, dijo Steve Stich, director del programa de tripulaciones comerciales de la NASA.

De aquí en adelante, “tenemos algunas herramientas en nuestra caja de herramientas para manejar esto”, señaló.

Antes del desperfecto en los propulsores, Jim May, vocero de Boeing, dijo que las fugas no planteaban ningún problema de seguridad para los astronautas ni para la misión.

El helio se utiliza para presurizar las líneas de combustible de los propulsores del Starliner, que son indispensables para maniobrar. Antes del despegue, los ingenieros elaboraron un plan para resolver cualquier fuga adicional en el sistema. Se cree que un sello de caucho defectuoso, no más grande que el botón de una camisa, fue el responsable de la fuga original.

Mark Nappi, director del programa de Boeing, dijo que debería haber abundante helio en las reservas para el viaje de vuelta a casa.

Después que los transbordadores espaciales dejaron de operar, la NASA contrató a Boeing y a SpaceX para que transportaran astronautas de ida y vuelta a la estación espacial. El servicio de SpaceX comenzó en 2020. Se suponía que Boeing iniciaría aproximadamente al mismo tiempo, pero preocupaciones por la seguridad y otros problemas la retrasaron durante años.

Stich dijo que ninguno de los problemas que ha habido hasta ahora requeriría que se vuelva a llevar a cabo un vuelo de prueba tripulado antes de certificar la cápsula para su uso regular.

JJJC

 

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