Ciudad de México.- Tras la designación de Mario Delgado como Secretario de Educación Pública por parte de la virtual Presidenta electa, Claudia Sheinbaum, organizaciones civiles criticaron que la institución sea vista como trampolín político o pago a colaboradores y señalaron las contradicciones que el dirigente morenista ha mostrado en materia educativa.
“Advertimos que la continuidad y el seguimiento a los temas tan delicados en educación no pueden hacerse si se ve a la Secretaría Educación como trampolín a otros puestos políticos o sólo es un pago a colaboradores leales”, alertó la directora general de Educación con Rumbo, Paulina Amozurrutia.
Patricia Ganem, también de esta organización, advirtió que durante su campaña, Sheinbaum se comprometió a fortalecer los programas educativos de la Nueva Escuela Mexicana y, sin embargo, no se sabe si hicieron cambios a los libros de texto para primaria y secundaria que se utilizarán en el ciclo escolar 2024-2025 ante los errores de ortografía, metodológicos y de contenidos que se identificaron.
La organización Mexicanos Primero advirtió sobre las posturas encontradas en materia de educación por parte de Delgado.
“La trayectoria de Mario Delgado incluye los ámbitos político y legislativo e incluso fue Secretario de Educación en el Gobierno de la Ciudad de México de 2015 a 2018; sin embargo, ha tenido posturas encontradas en relación con las reformas educativas por las que ha atravesado el sistema educativo nacional en la última década.
“Primero, de apoyo a la reforma educativa del Gobierno de Enrique Peña Nieto en 2013 y, posteriormente, de repudio a la misma para reformarla seis años después con la llegada del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador (2018)”, señaló.
Más allá de las posturas políticas de quien ocupará el cargo de Secretario de Educación Pública, enfatizó, el Sistema Educativo Mexicano requiere de una gestión eficaz para dar respuesta a los desafíos que presenta porque hasta ahora sólo 28 de cada 100 estudiantes que ingresan a la primaria llegan a la educación superior.
Para Mexicanos Primero, Delgado requiere buscar soluciones más allá de las becas prometidas, pues éstas sólo resuelven una parte del problema, en el mejor de los casos la permanencia en la escuela.
“Quien dará continuidad a la Nueva Escuela Mexicana debe hacer frente a un sistema con carencias en infraestructura; 26,463 escuelas de educación básica y media superior no cuentan con servicio de electricidad, 56,109 operan sin agua, 43,558 no tienen lavamanos y hay 5,950 planteles sin sanitarios”, expuso.
“Además de la infraestructura básica de los planteles, se requiere contar con un sistema de evaluación de los aprendizajes, el único vehículo para medir y conocer su avance o retroceso y mejorar las políticas públicas para garantizar los aprendizajes fundamentales y trayectorias completas de las y los estudiantes”.
HLL