Silao, Guanajuato. En la Feria de Silao se vivió un martes con sabor a rock: playeras negras, estoperoles, chalecos y minifaldas invadieron el recinto ferial con lo mejor del rock urbano.
Camionetas de San Luis Potosí, Estado de México, Irapuato y Salamanca, arribaron con familias completas para ser parte de esta celebración.
La explanada del Teatro del Pueblo se fue llenando poco a poco de vestimentas negras, con fanáticos pacientes que, cerveza en mano, esperaban el inicio de las presentaciones.
Algunas bandas locales abrieron la noche antes de que los grupos estelares subieran al escenario.
Transmetal, ícono del Thrash/Death Metal, comenzó su presentación a las 10 de la noche; su vocalista Alberto Pimentel invitó a los asistentes a disfrutar la noche, con temas como “Dios nos agarre confesados”, “El infierno de Dante” y “Killers”, acompañados por los hermanos Lorenzo, Juan y Javier Partida, logrando prender los ánimos del público.
Sam Sam, en una presentación muy emotiva, regresó a Guanajuato tras la muerte de uno de sus integrantes.
“Estamos de regreso en el escenario con ustedes. Queremos dar las gracias principalmente por todas las muestras de cariño a toda la banda en general de Guanajuato. En este momento tan difícil que tuvimos en la vida, pero gracias a Dios seguimos de pie y seguimos luchando por lo que más amamos, nuestro rock mexicano”, expresó la banda, dedicando su actuación a El Montana, quien fuera su bajista y falleciera en un accidente de automóvil.
Temas como “Amor ajeno”, “Tonto”, “Alguien”, “El reo” y “El tope” fueron coreados por todos los asistentes.
Banda Bostik dejó claro que el rock mexicano nunca pasará de moda. Al grito de “Listos para echar desmadre cabrones” y con su característico penacho, interpretaron “Al diablo con mi suerte”, “Perdido”, “Ángeles de la Ciudad”, “Dolor de madre” y “Llamarada de petate”. Su vocalista pidió un abucheo por la falsa sociedad y exhortó a todos a disfrutar la noche y a respetar a las mujeres.
Antonio Lira, vocalista y fundador de Liran Roll, cerró la noche con broche de oro.
Vestido totalmente de negro, fue recibido con ovaciones mientras interpretaba temas como “Cuarto para las dos”, “El pianista”, “Es mi vida”, “No puedo más” y “El perdedor”. A pesar de haber perdido a un familiar horas antes de su presentación, Liran se entregó a su público de manera profesional.
Después de 6 horas de rock mexicano, la noche fue inolvidable para los amantes de este género, con miles de fanáticos vibrando al ritmo de los clásicos y nuevos éxitos de estas icónicas agrupaciones.