La semana pasada hablábamos del buen trabajo que se está haciendo y del gran reto que existe para la Academia Metropolitana de Seguridad Pública de León en la formación de nuevos policías, sin embargo, no todo lo que necesitamos para tener una ciudad más segura lo estamos haciendo a la velocidad necesaria. 

Hay todavía una gran área de oportunidad en donde no hemos cumplido como se requiere, y me refiero concretamente al monitoreo de la ciudad a través de cámaras de vigilancia.

Lo anterior se logra mediante la adquisición e instalación de lo que se llama Puntos de Monitoreo Inteligente (PMI), que son principalmente postes provistos con diferentes equipos de vigilancia, que cada uno cuenta, entre otras cosas, con cuatro cámaras inteligentes que pueden ser manejadas desde el Centro de Cómputo, Control y Comunicaciones (C4), es decir, pueden girar, hacer seguimientos y acercamientos de vehículos, personas, objetos, etc., bajo condiciones incluso extremas.

Cuando iniciamos esta administración, León tenía aproximadamente mil 540 cámaras con estas características, la mitad de ellas municipales y las otras estatales, todas enlazadas al C4 municipal. A lo largo de estos casi tres años, hemos logrado la adquisición de otras 500, por lo que llegaremos a poco más dos mil cámaras inteligentes.

A estas hay que agregar las tres mil 800 cámaras de particulares que también ya se encuentran ligadas el C4, que están principalmente distribuidas en el transporte público o instaladas en fábricas, fraccionamientos comercios, empresas, etc. Estos equipos tienen la desventaja que no son inteligentes, por lo que solo transmiten video y en ocasiones audio, pero no pueden ser accionadas desde el C4, es decir, están limitadas para el rastreo de vehículos o personas.

Así llegamos a casi seis mil cámaras en el municipio para auxiliar en labores de vigilancia, sin embargo, una ciudad como León requiere, para que una videovigilancia pueda garantizar una operación exitosa en el seguimiento de los delitos y en labores de investigación, de aproximadamente 12 mil cámaras, es decir que ahora apenas alcanzamos el 50% de la mancha urbana, sin contar las zonas rurales.

Y para hacer las comparaciones en relación con otras ciudades, una urbe como Puebla, que es similar a León, tiene ya ocho mil cámaras de videovigilancia, y la Ciudad de México llega a más de 20 mil.

Es ahí en donde como municipio tenemos un gran reto por cumplir, pues las estadísticas y los análisis indican que entre más vigilada esté una ciudad, menor es la incidencia delictiva.

Adquirir e instalar estos PMI no es tarea sencilla, ya que es proveeduría experta y tecnología con licenciamientos especializados, además de que se han tenido que retrasar procesos de compra debido a que algunas empresas que han participado en las licitaciones que ha lanzado el Municipio han recurrido a falsificación de documentos en lo que respecta a experiencia y capacidad. Evidentemente esto no es una justificación, y no podemos poner pretextos a quienes estamos obligados a cumplir como parte de nuestro trabajo.

Esta administración ha hecho inversiones históricas en equipamiento para la Policía. Más allá de la compra obligatoria de patrullas, radios, armas, etc., se han adquirido arcos carreteros, drones e incluso vehículos tipo tanquetas. Además, se está construyendo el centro de inteligencia municipal, pero de poco servirán todos estos equipos y tecnología novedosos si no tenemos el insumo principal necesario para que funcionen, que son las imágenes y la información que proveen los PMI. Me parece que ese es un gran pendiente que, si a mí me preguntan, ese será el principal reto para la próxima administración, exigirle a la Secretaría de Seguridad que inunde la ciudad con cámaras.

LALC

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