Qué difícil resulta en la política mexicana hacer las cosas con corrección. Esta consiste en conocer la normatividad a la que están sujetas las instituciones y ceñirse a las reglas. ¿Por qué nuestros políticos siempre intentan saltarse leyes y reglamentos? Por las siguientes causas: Primero por el pacto de impunidad que los protege de ser sancionados, especialmente en el ámbito penal. Segundo, porque mientras no se persiga con todo rigor la compra de votos, los ganadores tramposos de elecciones pensarán que compraron el gobierno, que es suyo. Triste, porque a partir de aquí todo se degrada y se finca un gobierno del cohecho y la corrupción.
El único antídoto que queda para combatir esta perversidad son las organizaciones sociales. Y mientras más densa sea esta red de organismos, mejor puede resistir y contener el caudal de abusos de los malos gobernantes.
Este es el caso de Guanajuato capital. Alejandro Navarro, que es una mala persona, pero que cuenta con la complicidad del Gobierno estatal, ha intentado reiteradamente saltar trancas y actuar despóticamente. Pero hemos resistido, una y otra vez ha sido vapuleado por la ciudadanía. No ha ganado en una sola ocasión. Todas sus ocurrencias insignias han sido derrotadas: el mercado-museo de las momias; la aprobación del PMDUOET; la urbanización de La Bufa y Santa Rosa; la ilegal construcción de un complejo hotelero en el Paseo de la Presa y recientemente el impulso para convertir en centro de espectáculos con servicios etílicos y de otro tipo, el estadio de beisbol San Jerónimo, promoviendo de paso, las adicciones.
Sin embargo el daño está hecho por su deplorable gestión. La ciudad “Patrimonio de la Humanidad” está convertida en un conjunto citadino chamagoso y descuidado. Muchas construcciones se encuentran despintadas y descascaradas. Las calles están abarrotadas de puestos que venden chácharas orientales, tripas, garnachas y tacos. El desorden es evidente. Las construcciones fuera de norma se advierten por muchos cerros y colinas que rodean a la ciudad. El contraste con San Miguel de Allende resulta vergonzoso. Lo hemos advertido: los malos gobiernos tienen un alto costo. Nuestra ciudad ha perdido brillo y su turismo decae. A él solo le interesa atraer turistas incultos y morbosos que visiten los pseudo museos de susto y terror, propiedad de su familia. Ha transformado a Guanajuato en una localidad que induce a los visitantes a portarse mal. Lo que esté prohibido en otros lugares, a cambio de dinero, puede hacerse en nuestras plazuelas y callejones. Los tugurios pululan haciendo inhabitable el centro de la urbe, fascinados con el libertinaje institucionalizado por Navarro.
Así las cosas, la nueva alcaldesa no despierta entusiasmo alguno. Quizás no se ha dado cuenta que de seguir la ruta trazada por el futuro príncipe consorte, irá directo al precipicio. Sus opositores se retuercen los bigotes esperando que se apegue a la continuidad de este gobierno. Pienso que solo la podría salvar una serie de propuestas novedosas, que indiquen asertivamente, un nuevo aliento. Propongo algunas.
Primera acción: limpiar Guanajuato con agua y jabón, al tiempo que se inicie una intensa campaña en contra de arrojar basura en cualquier rincón. La maestra Elisa Jaime pudiera ser un gran aval para ello. Segundo: garantizar los servicios de emergencia en el municipio. Nadie ha caído en cuenta que este es el primer servicio que se le debe dar a una comuna. Es una tremenda irresponsabilidad que estos requerimientos, de primera magnitud, no cuenten con un presupuesto para construir una fuerza de tarea eficaz, que no dependa de dádivas y campañas anuales. Que nadie muera por falta de atención inmediata. Un 911 que sí funcione.
En lo político debería impulsarse un concordato entre el Ayuntamiento y las organizaciones ciudadanas, en el que se comprometa: a) No intentar urbanizar La Bufa ni Santa Rosa; b) Excluir del Instituto de Planeación Municipal (Implaneg) el conflicto de interés; c) Respeto irrestricto a las áreas de conservación ecológica en toda la ciudad; d) Revisión por el Programa Universitario de Estudios de la Ciudad (PUEC) de la UNAM, del nuevo Programa de Ordenamiento Territorial y Ecológico (PMDUOET) que se trate de aprobar; e) Contratación de personas probas y calificadas para todas las direcciones de la administración pública municipal. No amigos ni incondicionales.
La propuesta es que el nuevo Ayuntamiento, encabezado por la Presidenta Municipal, actúe con corrección. Ese sería un buen comienzo.
RAA