Las prisas por la dirigencia
En el PAN ya se les hizo bolas el engrudo con la elección de la dirigencia estatal. Cerrar la puerta a los 16 mil militantes para poder votar tiene molestos e indignados a varios.
En el partido que gobierna Guanajuato desde hace 33 años, la descomposición de su vida democrática interna ya tiene un rato, pero lo que ahora pasa puede costarles caro. Más aún cuando vienen de un resultado electoral que no fue para nada el que esperaban.
En el PAN Guanajuato no se han dado el tiempo de reflexionar lo que pasó el 2 de junio.
Al frente del partido quedó la salmantina Estrella Ortiz, un liderazgo improvisado que simplemente no atina a explicar por qué bloquearon el voto de la militancia, a contracorriente de lo que hará el PAN nacional, que también renovará su dirigencia.
El relevo de la dirigencia estatal empezó con el pie izquierdo. La secretaria general, Ana María Esquivel, dejó el cargo días después de ganar la elección como diputada local por el distrito IV de León, dicen que lo informó por un chat a los consejeros estatales. Le siguió el 17 de junio el presidente Eduardo López Mares, de cuya renuncia (su periodo terminaba en septiembre) se enteraron por su mensaje en redes sociales, ni siquiera por chat se despidió.
Enseguida apareció la dupla perfilada desde el Palacio de Gobierno para tomar el control del partido en el periodo 2024-2027: el diputado local electo Aldo Márquez a la presidencia y la titular de la Secretaría Particular del Gobernador, Juana de la Cruz, a la secretaría general.
Lo primero que llama la atención es la doble cachucha de Aldo, la de querer ser dirigente y diputado, aunque no sería el primero (así pasó con Fernando Torres y Gerardo Trujillo) ni el último. Los estatutos no lo impiden, pero el cuestionamiento es que el PAN vive un momento complicado en Guanajuato y requiere dirigentes y diputados de tiempo completo.
Aldo pasó en el sexenio de ser subsecretario de la Secretaría de Desarrollo Social y Humano del Estado a diputado local electo por el V distrito, luego pidió licencia y regresó como subsecretario, al tiempo retornó como legislador y ganó la reelección. Más de uno se pregunta si quiere la dirigencia para de ahí aspirar a ser candidato a alcalde.
Ya estuvo bueno
Pero bueno, está en su derecho de aspirar a lo que quiera, el cuestionamiento es muy simple, pero nadie lo ha podido responder: ¿Por qué evitar ir a una elección interna?
Tal vez el resultado sería el mismo si votan los consejeros o se abre a la militancia: el triunfo de Aldo Márquez, ya que él ha hecho su trabajo por ganar simpatías al interior del panismo y además del buen número de militantes que son funcionarios públicos.
Una elección interna legitimaría a la próxima dirigencia estatal y aliviaría en mucho la molestia de la militancia de a pie que se siente ignorada en las decisiones del partido.
El riesgo entonces no se advierte en que la dupla oficial (Aldo-Juanita) pudiera perder, pero sí tal vez el de exponerse a un resultado que exhiba que no tienen todo el poder que dicen tener. Así que el control de una centena de consejeros resulta más sencillo.
El otro factor es la prisa, se adelantaron incluso a la elección de la dirigencia nacional para que la elección se lleve a cabo el 2 de septiembre, antes de que termine la actual administración estatal de Diego Sinhue Rodríguez y el poder del jefe de gabinete, Juan Carlos Alcántara. No vaya a ser que con Libia García se les descomponga el escenario. Mejor ya de una vez.
La senadora Alejandra “La Wera” Reynoso y otros militantes ya impugnaron el proceso con la intención de que se cancele y finalmente vayan a una elección abierta a militantes. Si nada cambia y cien consejeros definen, igual “La Wera” ya se anotó para competirle a Aldo. Sabe bien que ganar sería una hazaña, pero el propósito es mandar un mensaje al poder azul y a los militantes de a pie: ya estuvo bueno de que unos cuántos lo decidan todo. Ya estuvo…
Amigos, colegas y…
La investigación que publicó esta semana AM puso al descubierto una presunta red de corrupción que involucra a funcionarios de la Jefatura de Gabinete del Gobierno de Guanajuato, la respuesta inmediata fue separar del cargo a José Luis Guerrero Méndez, funcionario señalado.
Durante el actual sexenio Teresa Martínez Sánchez, esposa de José Luis Guerrero Méndez, a través de su hermana y una prestanombre, obtuvo más de 200 contratos directos que rebasan 80 millones de pesos.
La orden de separar del cargo a Guerrero Méndez, según informó el Gobierno del Estado, fue directa del jefe de esa oficina, Juan Carlos Alcántara Montoya, el funcionario más poderoso del gabinete y mano derecha del gobernador Diego Sinhue Rodríguez Vallejo.
Por eso resulta difícil creer que nadie más en la Jefatura del Gabinete conocía de los negocios que tenían los familiares de Guerrero Mendoza, conocido como “El Pollo”, con el Gobierno del Estado.
Para muchos funcionarios, la investigación de AM confirmó lo que muchos ya sabían, pues en la asignación de contratos en varias dependencias como Juventudes, en los tiempos en que Antonio Navarro Padilla estaba a cargo, Teresa Martínez era visitante frecuente para recibir contratos y cobrar millones de pesos.
En la administración estatal actual nada se mueve si el Jefe del Gabinete no lo aprueba, por eso suena casi increíble que “El Pollo” y su familia tuvieran negocios tan prósperos con más de 15 dependencias y nadie le reportara a Charly.
La duda aumenta porque Alcántara Montoya, José Luis Guerrero Méndez y Antonio Navarro Padilla se conocen desde hace años. Además de colegas en la administración estatal, son amigos. Así lo afirmaron Alcántara y Navarro en respuesta a preguntas hechas por AM, por escrito (ya que ambos se negaron a dar entrevistas en persona).
Actualmente la asignación de estos contratos está en investigación por dos vías: la Auditoría Superior del Estado, cuyo auditor Javier Pérez Salazar presentó una sorpresiva renuncia, y también hay una revisión de la Secretaría de Transparencia y Rendición de Cuentas a cargo de Arturo Godínez Serrano.
Hay dos preguntas que quedan en el aire: ¿qué hubiera pasado si el caso no se hubiera hecho público antes de que concluya el actual sexenio? Y la segunda, ¿están contemplados los funcionarios involucrados en el próximo equipo de la gobernadora electa Libia García Muñoz Ledo? De la primera quizá nunca exista respuesta, respecto a la segunda en unas semanas lo sabremos.
¿Por qué renunció el auditor Pérez Salazar?
Varias especulaciones surgieron sobre la sorpresiva renuncia de Javier Pérez Salazar, titular de la Auditoría Superior del Estado (ASEG) -dada a conocer el sábado 3 de agosto- para surtir efecto el 16 de septiembre.
Que si le pidieron la renuncia los diputados, que son sus jefes; que si ya no quiso lidiar con los legisladores que asumirán en la siguiente Legislatura a partir del 25 de septiembre, porque el PAN, que siempre lo ha apoyado, ya no tendrá la mayoría y se prevé que la oposición será muy ruda y no quiso lidiar con ella.
Que si va al gabinete de Libia Dennise García Muñoz Ledo, por aquello de que su renuncia entrará en vigor seis días antes de que ella asuma la Gubernatura. Pero AM confirmó que, por lo menos hasta esta semana que terminó, no tenía ningún ofrecimiento en este sentido.
Más sorpresivo fue en virtud de que el periodo para el cual fue electo vence hasta diciembre de 2027; es decir, le faltaban todavía tres años con tres meses en el cargo. Además de que no solo tenía un puesto de primer nivel en el Congreso del Estado, sino un envidiable sueldo de 121 mil 605 pesos mensuales libres de polvo y paja.
Pero ninguna de las especulaciones o sospechas, las mencionadas o cualquiera que a usted se le ocurran, son ciertas. La verdad es que la clásica frase que han utilizado toda la vida todos los políticos y funcionarios que renuncian sin dar explicaciones de “por razones personales”, que el propio Javier dio, en esta ocasión sí son reales.
Son razones personales y de salud las que lo motivaron a dejar su cargo de manera muy anticipada. Las reveló en una plática privada con AM, pero no las daremos a conocer por respeto a su privacidad y porque si él no desea hacerlas públicas debemos respetar esa decisión.
Como prueba de que es así, aseguró que hasta el momento de su renuncia y hasta el miércoles pasado, no tenía ningún empleo futuro asegurado, aunque sí varias ofertas, tanto del sector público como privado, que le llegaron después de que se dio a conocer en medios de comunicación la noticia de su retiro de la Auditoría Superior del Estado.
Lo que sí aseguró a este diario es que seguramente volveremos a verlo muy pronto en el sector público, porque a partir del 16 de septiembre empezará a buscar empleo y su perfil indica que seguirá por el mismo rumbo: especialista en Derecho Fiscal y en Fiscalización. “¿Dónde voy a aparecer? Donde las condiciones se me den. Yo hoy no tengo nada, más que la disposición y la apertura de amigos y servidores públicos”, afirmó en la entrevista realizada el miércoles.
La ASEG es parte del Congreso del Estado y se encarga de fiscalizar a todo el sector público de Guanajuato: los tres Poderes del Estado, los 46 municipios, los seis organismos autónomos, tanto con revisiones permanentes a sus Cuentas Públicas anuales, como a realizar auditorías ordinarias y extraordinarias.
10 años como Auditor
Para quienes no lo conocen, Javier Pérez Salazar lleva 10 años y seis meses como titular de la ASEG. Fue nombrado como titular del Órgano de Fiscalización Superior (OFS) -nombre anterior de la ASEG- el 19 de diciembre de 2013.
En años siguientes se cambió el nombre al organismo y ya como ASEG, cuando terminó su primer periodo de siete años, fue ratificado en diciembre de 2020 en el mismo cargo por otros siete años.
Pero su carrera en el Poder Legislativo empezó desde hace más de 20 años. Por lo menos desde 2003, si no es que desde antes, él era titular de la Unidad de Estudios de las Finanzas Públicas, donde permaneció hasta 2006, porque en ese año, al inicio del sexenio de Juan Manuel Oliva fue nombrado Procurador Fiscal de la Secretaría de Finanzas y en ese puesto permaneció los seis años. Terminando, regresó al Congreso para ser nombrado titular del OFS.
Y bueno, como en estos días ya se dio a conocer públicamente su renuncia, durante la inauguración del XIV Congreso Interestatal de Órganos Internos de Control Municipales, organizado por la Secretaría de Transparencia y Rendición de Cuentas, el diputado Víctor Zanella Huerta, presidente de la Comisión de Hacienda del Congreso, hizo un reconocimiento público al funcionario saliente.
Recordó que hace dos años, él y Pérez Salazar se plantearon el reto de ir a los 46 municipios a trabajar en dos rubros: cómo fortalecer y mejorar los ingresos propios de los municipios para cumplir las demandas sociales que el artículo 115 constitucional demanda.
Y que ese recurso fuera más transparente y más eficiente.
Y en diciembre de 2023 se hizo la última reforma, de gran calado, a la Ley de Fiscalización Superior del Estado, también protagonizada por Javier Pérez.
“Hoy Javier, yo quiero reconocerte tu integridad, tu responsabilidad y tu trabajo a cabalidad como Auditor Superior del Estado. Dejas una auditoría fuerte. Somos un equipo de más de 300 compañeras y compañeros que integramos la Auditoría Superior del Estado.
“Que sin duda es un antes y un después. Te tocó modernizar la propia Auditoría, implementar la reforma de fiscalización de 2016 y hoy te vas con la frente en alto y con el deber cumplido”, sostuvo el diputado Zanella Huerta.
Y pidió un aplauso para Javier Pérez, que fue sonoro en el auditorio que tenía por lo menos alrededor de 200 asistentes, entre quienes se encontraban Eliverio García Monzón, presidente del Tribunal de Justicia Administrativa; Claudia Susana Gómez López, rectora general de la Universidad de Guanajuato, y otros funcionarios municipales y de otros estados.
Tras la sorpresiva salida de Javier, el Congreso del Estado lanzó ya la convocatoria para encontrar al nuevo Auditor y aprovechando los pocos días que le quedan al PAN de tener la mayoría legislativa, la Junta de Gobierno que comanda el panista Luis Ernesto Ayala cuadró los tiempos para designar al titular de la ASEG antes de que se vayan.