En un mundo en el que el miedo y la inseguridad se están convirtiendo en odio, y las desigualdades, la violencia y el autoritarismo se acrecientan, emerge un movimiento municipalista renovado que defiende los derechos humanos, la democracia y el bien común: La Fundación Ciudades sin Miedo, que surgió en Argentina dialoga sobre estrategias y acciones en procesos de integración socio- urbana que se implementan en las comunidades más vulnerables.
Este tema fue abordado la semana pasada en el 3er Foro Municipal de Prevención Comunitaria organizado por la Dirección General de Prevención del Delito y Participación Social a cargo del Dr. Moisés Herrera Saldaña. Comparto con ustedes algunos puntos que se podrían implementar en nuestra ciudad.
En el contexto de que las personas sufren en soledad aunque el sufrimiento es generalizado; existe el miedo a enfermarte y que no haya medicinas, miedo a perder el trabajo y no puedas mantener las necesidades de tu familia, a perder la vivienda, miedo a que te roben, secuestren o que desaparezcan o maten a un ser querido. Todo esto provoca ansiedad, angustia, incertidumbre y se sobrelleva individualmente sin pensar que muchos otros están con el mismo temor.
Ante este panorama hay que pensar que los gobiernos pasan y no se dan abasto para solucionar todo lo que nos afecta. La gente cansada de vivir mal se desencanta de la política. Denunciar no es suficiente. Se puede reaccionar de distintas formas: Uno, pensar que te puedes salvar solo, te olvidas de tu comunidad y quieres hacer las cosas por tu cuenta, lo cual es un riesgo que lleva a tomar caminos equivocados que pueden resultar peligrosos. Dos, quedarte en la frustración y en el odio atacando a quien le va bien y buscar que también le vaya mal. Tres, planificar la esperanza y edificarla, practicar la solidaridad y fraternidad para reconstruir a una sociedad dispersa, indiferente e individualista. Trabajar en una cohesión social donde el vecino vuelva a hablar con el otro, vincular los valores tradicionales con los actuales y hacer comunidad.
Sociedad civil y gobierno deben crear una cultura unificadora. Las ciudades están expuestas a la migración, con ésta llega gente a la que hay que incluir e incorporar en la comunidad a través de una fusión de valores beneficiosos para que la colectividad viva con tranquilidad y en paz.
Ciudades sin Miedo es una red internacional de activistas, organizaciones, concejales y alcaldes que trabajan por la radicalización de la democracia, la feminización de la política y la transición hacia una economía que cuide de las personas y el medio ambiente.
La activista y ex alcaldesa de Barcelona Ada Colau dice: “El municipalismo es una fuerza en alza que quiere transformar, desde abajo, el miedo en esperanza y construir esa esperanza en común”.
Para garantizar la integración social, urbana y productiva, es preciso ejecutar obras y proyectos que atiendan las demandas de las comunidades y brinden una mejor calidad de vida para las familias.