León.- La historia de Fabiola Ramírez, Ángel Camacho y Jesús Hernández no se debe contar solamente por lo que hacen dentro de la alberca, sino centrándose en la verdadera hazaña que representa su vida.
Ellos son una sirena y dos tritones que portarán dignamente el nombre de la ciudad de León y de nuestro país en los Juegos Paralímpicos de París 2024 que ya dieron inicio.
Fabiola, Angelito y Chucho, como les decimos con estimación, llegan a estos juegos de verano con un amplio recorrido dentro del deporte. Sus logros no son obra de la casualidad, los tres apostaron por el deporte y esa decisión les cambió la vida.
Fabiola Ramírez participará por cuarta ocasión en unos Juegos Paralímpicos. En Beijing 2008 fue su debut para después sobreponerse de la ausencia que sufrió en Londres 2012 para estar en Río 2016 y Tokio 2020, en estos últimos ganando el bronce en la paranatación.
Por su ejemplo en el deporte, Fabiola fue designada como abanderada de la Delegación Mexicana para estos juegos de París. Honor a quien honor merece.
Por su parte, Chucho Hernández sobresale por los logros conseguidos en Juegos Parapanamericanos y Paralímpicos, ganando medallas en Río y Tokio.
En Chucho nació el sueño de ser deportista teniendo como referentes al mexicano Juan Ignacio Reyes y al estadounidense Michael Phelps, multiganadores en la natación. Ahora, podemos hablar de nuestro paranadador como un ejemplo a seguir para las nuevas generaciones.
A su vez y a unos meses de cumplir apenas los 20 años, Ángel Camacho ya participará en sus segundos Juegos Paralímpicos. Siendo un niño comenzó en la natación y guiado por una promesa hecha a sus padres de hacerlos sentirse orgullosos de su hijo, se catapultó de los eventos locales, pasando por los nacionales hasta nadar en los escenarios internacionales, defendiendo cabalmente los colores de nuestro país. Ángel ganó el bronce paralímpico en Tokio hace tres años.
El hecho de no contar con extremidades, sufrir malformaciones congénitas o una parálisis cerebral, no ha sido causa de impedimento para sobresalir en un mundo tan competitivo como es el deportivo.
Fabiola, Angelito y Chucho crecieron conscientes de su discapacidad física, aunque convencidos de que su capacidad mental siempre ha estado muy por encima de toda adversidad.
En estos días me preguntaron sobre lo que se espera de ellos tres en los Paralímpicos de París, a lo que respondí que si de algo estoy seguro es que darán su máximo esfuerzo, porque así se han abierto camino en la vida diaria.
Estas tres historias son ejemplos de dedicación, constancia y de que no hay barrera que sea insuperable. Realmente su éxito nos inspira.
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