El maestro Eliseo Mijangos de Jesús, reconocido artista y restaurador mexicano, fue velado este domingo en Celaya ante la presencia de familiares, amigos y alumnos que lo recordaron como una gran persona con un legado imborrable.
Desde hace ocho años, el también muralista encontró en Guanajuato cómo reactivar su vena artística y su parte creativa luego de una larga trayectoria por la Ciudad de México y Guadalajara.
Así lo relató Juan Montoya Polín, restaurador de bienes muebles, quien conoció al maestro Eliseo desde hace 20 años y posteriormente formó una gran amistad que incluso los llevó a compartir residencia en tierras celayenses en la última etapa de la vida del artista.
“Primero vinimos a Guanajuato Capital y ahí teníamos un taller para fomentar el rescate de las técnicas tradicionales que él sabía, organizamos talleres y ahí hicimos una red del mundo artístico de ciertos municipios, entre ellos Celaya”, dijo en entrevista con AM.
De hecho recuerda que el maestro Eliseo era muy cercano también con los artistas urbanos, como ‘Fósil’, quien se dedicaba al grafitti y que actualmente se ha distinguido como uno de los grandes artistas del municipio.
Después decidió venirse acá a Celaya, nunca le pregunté exactamente por qué, pero yo pienso que le motivaba encontrar mucho eco con los creadores. También por la cercanía con la Ciudad de México para visitar a su familia o si tenía alguna consulta médica”, añadió Montoya Polín.
Aunque su círculo cercano llegó a pensar que se mudaría a León, en donde trabajaba en el Forum Cultural en varios proyectos, siempre estuvo convencido de quedarse en la ciudad que lo recibió en los últimos años de su vida.
En pláticas un poco difíciles me decía, ‘desde ahora te lo digo, yo no me quiero regresar a México, yo quiero quedarme en Celaya, yo quiero acabar aquí en Celaya’, tal cual lo decía; él era una persona que a pesar de lo que estuviera pasando, agarraba energías y voluntad, no sé de dónde, se activaba y se levantaba una y otra vez”, detalló.
El maestro Mijangos de Jesús dejó en la ciudad una de sus últimas grandes obras en el mural que está en el Parque Bicentenario Lineal, además de una restauración en el Templo del Carmen.
Siguió creando hasta sus últimos días
Juan Montoya Polín, amigo de Eliseo, compartió cómo le sorprendía que a pesar de que la salud del maestro se afectó por problemas renales que le terminaron costando la vida a sus 83 años, él se mantuvo con un gran entusiasmo y además continuó creando.
“Él seguía trabajando, terminaba algunas obras sobre madera con acrílico porque ya no podía utilizar ciertos solventes por su salud, seguía pintando, activo, tan es así que se había inscrito a un taller en el Centro de las Artes en Salamanca que inició esta semana.
“Cuando yo me levantaba, él ya había sacado la basura, se había tomado el té, había cortado el pasto. Todavía está hace dos semanas. Fue lúcido hasta los últimos momentos, de una energía que a mí me sorprendía”, dijo.
Los tratamientos en los riñones lo fueron deteriorando hasta que tuvo que ser internado en un hospital de León, Guanajuato, y finalmente su cuerpo no pudo más este sábado 7 de septiembre.
Así lo recuerdan
“Para mí fue un ejemplo de tenacidad, de humildad, de sapiencia y él siempre te compartía todo, era muy sencillo a pesar de toda la carrera que tuvo, los reconocimientos, nunca sentí que se alzara, era todo lo contrario, parecería que entre más reconocimientos y experiencias tenía, más sencillo se volvía”.
Juan Montoya Polín
Amigo
“Desde niño le encantó dibujar, cuando fue a la primaria, al salir de clases se ponía a dibujar. De repente consiguió clases con maestros de dibujo y fue mejorando. Ya de grande, se fue a Bellas Artes. No no imaginamos que fuera a llegar tan lejos, pero fue un gusto para nosotros, nos sentimos muy contentos con los grandes trabajos que hizo”.
Agustina Mijangos de Jesús
Hermana
“Sí dimensionó su trayectoria, pero nunca hizo alarde de eso, te platicaba de lo que hacía, pero nunca de manera presuntuosa, era muy humilde, por eso le daba mucho gusto dar clase y compartir el conocimiento”.
José Carlos Romero Mijangos
Sobrino
“Sabemos que ha dejado un gran legado, que muchos alumnos y personas sienten la pérdida, pero estoy segura que les dejó una gran enseñanza. Sé que él amaba Guanajuato, aquí dejó su legado, su pintura y su amor. Yo como familiar me siento honrada, admiro su trabajo y talento. Y como persona tenía un gran corazón”.
Mónica Garabito Yáñez
Cuñada
MGL
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