‘Una estrategia sin compromiso es solo una promesa vacía’.
Éctor Jaime Ramirez Barba

 

El 22 de mayo de 2022, escribí sobre las dos caras de la viruela símica (Monkeypox), refiriéndome al sistema de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para informar sobre brotes de enfermedades y eventos de salud pública agudos, confirmados o de posible preocupación. En ese contexto, el 20 de mayo de 2022, la OMS emitió la “Alerta Epidemiológica de Viruela Símica en países no endémicos”, y en México se emitieron las siguientes indicaciones:

Para los pacientes, se recomendó hidratación, tratamiento sintomático, control de la fiebre y evitar la manipulación de las lesiones. 
Para el personal médico, las medidas higiénicas fueron clave, y en caso de haber atendido a un paciente confirmado, debía “permanecer atento” a la aparición de síntomas sugestivos de viruela símica durante los 21 días posteriores, sin la necesidad de someterse a cuarentena. Por su parte, el paciente sospechoso o confirmado debía ser aislado en una habitación individual con ventilación adecuada, y las lesiones debían cubrirse con vendajes o mantas. 

Además, se recomendaba el uso de equipo de protección personal, incluyendo guantes, bata, mascarilla médica y protección ocular. En cambio, en Estados Unidos, los CDC no solo adoptaron estas medidas, sino que movilizaron vacunas contra la viruela símica hacia los estados con casos reportados. Es importante señalar que, desde hace más de dos años, Estados Unidos cuenta con dos vacunas preventivas y dos tratamientos antivirales que pueden utilizarse contra el Orthopoxvirus. 

La vacuna “Jynneos” estaba aprobada para la prevención de la viruela símica en adultos mayores de 18 años, enfocándose en vacunar a los profesionales de la salud inmediatamente después de la exposición. 

Junto con mi grupo parlamentario, exhortamos al gobierno federal a adquirir la vacuna Jynneos. La respuesta ha sido la inacción: un gobierno indolente y ausente ante los riesgos de una posible pandemia.

Estimados lectores, el pasado 24 de agosto, la OMS declaró nuevamente una emergencia de salud pública de importancia internacional por el brote de viruela símica (Mpox). 

En la región de las Américas, hasta el 26 de agosto, se han notificado 64,669 casos de Mpox, incluidas 146 defunciones en 31 países y territorios. 

Dentro de las recomendaciones permanentes para enfrentar el Mpox, destaca la necesidad de implementar un plan nacional contra la viruela símica, el cual fue publicado en México en octubre de 2022.

Otra recomendación puntual es poner a disposición las vacunas contra el Mpox para la prevención primaria (preexposición) y la vacunación posterior para las personas y comunidades en riesgo de contraer la enfermedad, siguiendo las directrices del Grupo de Expertos en Asesoramiento Estratégico sobre Inmunización. Una vez más, el gobierno mexicano está en falta al no garantizar el acceso a la vacuna y, por ende, no cumplir con el derecho a la salud de esta población vulnerable.

En México, hasta el 10 de septiembre, se han identificado 7,696 casos de Mpox, de los cuales 4,158 han sido confirmados mediante pruebas de laboratorio autorizadas, y se han reportado 35 defunciones.

La Cofepris, que ha sido indolente en su respuesta, notificó el pasado 12 de septiembre que, tras un proceso de acompañamiento regulatorio con la empresa Bavarian Nordic, autorizó el registro sanitario de la vacuna Jynneos contra la viruela y la viruela símica (mpox). 

Esta vacuna, que puede utilizarse tanto para la vacunación primaria como para la revacunación, está destinada exclusivamente a personas adultas mayores de 18 años con alto riesgo de exposición al virus. No se recomienda su uso en la población general, incluyendo niños, mujeres embarazadas o en periodo de lactancia. El suministro de esta vacuna debe realizarse bajo vigilancia médica, y su aplicación indiscriminada puede representar un riesgo para la salud.

El titular de Cofepris, Alejandro Svarch, presume que la autorización se realizó en tan solo 10 días, destacando el compromiso con una regulación proactiva para garantizar un acceso ágil, justo y transparente. 

¿Por qué tardó más de dos años y medio el registro de una vacuna ya validada por otras agencias regulatorias reconocidas por México? ¿México nunca buscó tenerla a pesar de las alertas emitidas? 

La pregunta ahora es: ¿El Consejo de Salubridad General tomará alguna acción o permanecerá silente? ¿El gobierno comprará la registrada vacuna Jynneos para la población y cumplir con su obligación frente a la alerta sanitaria? 

¿Será incluida ya en el programa nacional de vacunación? ¿O solo estará disponible para quienes puedan adquirirla en el sector privado?

Me comprometo, en la próxima sesión del Congreso, a proponer la compra de la vacuna, su inclusión universal en el programa de vacunación, y a garantizar que se haga efectivo el derecho a la protección de la salud.

 

RAA

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