Ohio.- En Springfield, Ohio, los migrantes haitianos que huyeron de las pandillas de su país temen ahora ser víctimas de la violencia racista desde que Donald Trump retomó la falsa acusación de que son asesinos que comen mascotas.
En esta pequeña localidad predominantemente blanca del noreste de Estados Unidos, varias escuelas y el ayuntamiento fueron evacuados esta semana después de que aumentaran las amenazas de todo tipo (incluidas de bomba) contra la comunidad haitiana.
Romane Pierre, gerente de un restaurante haitiano, cerró el jueves más temprano de lo habitual, preocupado porque sus empleados debían irse caminando a casa a altas horas de la noche.
Según él, varios migrantes de origen haitiano ya abandonaron la ciudad y otros lo están considerando.
En los últimos días, los republicanos, liderados por Donald Trump, volvieron a hablar de una supuesta “invasión” de migrantes a Springfield, acusándolos falsamente de atacar a perros y gatos de residentes locales para comérselos.
“Comen perros”, afirmó el ex Presidente durante el debate que mantuvo con su contrincante demócrata Kamala Harris el martes, llevando la tensión al máximo.
Tanto la Policía local como medios de comunicación de verificación de datos, entre ellos la AFP, desmintieron esas versiones.
“Es una realidad triste, que provoca pánico”, dijo a la AFP el director de una residencia haitiana, Viles Dorsainvil, quien en la noche del jueves recibió amenazas que la Policía federal está investigando.
Dorsainvil denuncia haber sido objeto de insultos y de incitaciones a que “se vaya” de la ciudad, que tienen origen -afirmó- en una “agenda política” consistente en agitar el fantasma de la migración ilegal.
JJJC