Gente querida: la Presa ya no se llenará; en este espacio presentaré pronto también la explicación al secado del lago del Parque Chapalita. Pasé la vida trabajando en modelos sistémicos explicativos de fenómenos. En el caso particular de cuencas hidrológicas, colaborando con la CFE, en los escurrimientos del Río Grijalva y del Río Balsas, recurrí a registros históricos y a las pocas estaciones metereológicas disponibles entonces, pero también a estudios geohidrológicos que ayudan a la comprensión del comportamiento del agua subterránea y a la superficial como es la lluvia. En el caso de Chapalita, el IMPLAN realizó un extraordinario estudio que explica cómo el agua llegaba desde el poniente hasta el lago y de allí al Pozo del Fraile y cómo se fueron secando estos depósitos naturales, por la acción humana.

¿Por qué ya no se llenará? Se trata de un vaso artificial que controlaba (tiempo pasado) avenidas extraordinarias de la Sierra de Lobos y que se constituyó como un maravilloso espacio de esparcimiento para la ciudad. Lamentablemente ya no se llenará y las causas se pueden identificar construyendo un buen modelo de simulación, y ahora faltaría medirlas a detalle; la principal causa es sin duda la construcción de fraccionamientos en la zona norte, pues el segundo factor que es la lluvia ya solo tiene la que cae en el propio espejo de agua al no haber ya escurrimientos superficiales de los arroyos que antes la abastecían.

Algunos piensan que el Palote no se llena porque hay presas en la Sierra, pues son una docena de ellas que están “aguas arriba” (podrían tener unos 5 millones de m3 en total), pero no es así. En las estaciones metereológicas de la Sierra registramos 25% menos lluvia en este periodo, que lo registrado en León; el promedio de llenado en estas presas es de menos de la mitad; es decir, ellas no pueden aportar agua al Palote. Estas presas explican apenas la tercera parte del nivel de la Presa, otra tercera parte de nuestro querido Palote, es la propia lluvia que cae en el embalse (el 2023 fue seco y el 2024 medio) en tanto que el restante es el agua superficial que escurría del norte antes de la construcción de los fraccionamientos como el Molino en el área natural de escurrimiento de la Presa y este porcentaje prácticamente desapareció en los últimos 5 años por las obras de construcción; esto es, el vaso recibe casi 35% menos de escurrimiento norte-sur por año. Si a esto restamos alrededor de un 15% de evaporación y 5% de infiltraciones (ya de tubificación en la cortina como en el subsuelo), y otro 15% de extracción para potabilización, vemos que es imposible que la Presa se vuelva a llenar.

Una manera práctica de comprobar lo que analizo, es el comportamiento de los arroyos que se forman en el periodo de lluvias y que conocen quienes caminaban o vivían cerca de la parte norte de la Presa. Tenemos La India por la Zardeneta que llega por la entrada de Amazonas; otro es el de Los Castillos. Además, el que bajaba precisamente por El Molino (donde está El Salto), y que ya no lleva agua ni en el periodo de lluvias y es el que veíamos por el área del mini aeropuerto hoy centro ambiental).  También, recordarán La Patiña que lleva cada vez menos caudal. Y hay todavía reserva de “tierra” para construir fraccionamientos en la zona natural de bajada y recarga de lluvia. Así, imposible. Para comprobar lo que digo, se requerirá un estudio geohidrológico que contrate el municipio, -solo que política y socialmente no será correcto-. Se comprobará que es la acción antropogénica (nosotros los leoneses) quienes secamos la Presa e involuntariamente no dejaremos ya que se vuelva a llenar. El que esté semi vacía tiene efectos desde luego en el incremento de la temperatura, pero también en la realización de eventos y aunque poco, en la disponibilidad de agua para potabilizar.

¿Hay alternativas para que no se pierda más nivel de la Presa? Sí. Pero se relacionan con la exigencia de que fraccionamientos de “aguas arriba” instalen plantas de tratamiento y viertan a la presa el agua tratada y hagan pozos de absorción, pues hoy, el agua negra se va al drenaje y la de lluvia también. Son miles de metros cuadrados de concreto impermeable que conduce el agua de lluvia no a la presa sino a las alcantarillas. Todo esto nos lleva a la necesidad de “democratizar “ la gestión del agua en León.

  

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