Primero conocernos, después entendernos para así poder tomar las mejores decisiones respecto a: ¿Cómo vivir?…
Saber no es suficiente: ¡Para vivir bien hay que actuar!, para ello proponemos: Dos herramientas para el cambio.
Muchos de nosotros queremos cambiar y mejorar nuestras vidas, tenemos claro que nos vamos a beneficiar al hacerlo. Pero probablemente te ha pasado que no sabes por dónde comenzar, o inclusive, ya que iniciaste el cambio, con el tiempo la fuerza inicial que te motivaba se diluye y terminas por no hacer lo que querías.
Al parecer, esto es muy común en la mayoría de las personas, más de lo que uno pudiera imaginarse, así que no hay por qué sentirse mal, sin embargo, es un hecho, como lo hemos comentado en algunas ocasiones, que: “si hacemos lo mismo, va a suceder lo mismo”. Si queremos que nuestras vidas cambien tenemos que tomar la decisión consciente de actuar y comenzar por hacer algo diferente… Dejemos algo bien claro, el cambio va a requerir de toda nuestra voluntad y por supuesto lleva tiempo y alguna que otra desilusión. Hay que comprender que no existen fórmulas mágicas, no hay formas fáciles y mucho menos exentas de esfuerzo. Al ser parte del sistema natural, como comenta el Dr. Stephen R. Covey en su libro 7 hábitos de la gente efectiva, estamos condicionados por la “ley de la cosecha”, ¡no hay atajos! Si siembras ¡Cosechas!, si no ¡Pues no!… Solo si te disciplinas y mantienes tu voluntad y motivación lograrás cambiar y mejorar tu vida.
¿Por dónde comenzar? Hay una herramienta sencilla y útil que se utiliza con frecuencia en el mundo de la superación personal, llamada: “El círculo de la vida”. Consiste en un círculo que se divide como si fueran pedazos de pastel en las diferentes áreas de importancia en nuestra vida (cada quien pone las suyas), por ejemplo: ejercicio, familia, dinero, pareja, trabajo, amigos, desarrollo personal; y marcamos en dónde creemos que nos encontramos actualmente en cada una de las áreas, dando un valor de cero al centro del círculo y un valor de 10 al exterior. Así, puede quedar, por ejemplo, el ejercicio con un valor de 2, familia con 8, pareja con 10, trabajo con 6, etc. Esta visualización de los distintos aspectos de nuestras vidas, nos ayuda a observar con claridad en qué áreas estamos fortalecidos y en cuáles otras creemos que hay que comenzar a trabajar. El objetivo es buscar un equilibrio en todos los aspectos y llevarlos al punto de lo que consideremos como ideal (valor de 10).
Puedes comenzar a trabajar con uno o varios al mismo tiempo (poner colores nos puede ayudar a la visualización), la clave está en no renunciar ni posponer. Define las acciones puntuales para cada una de las distintas áreas, por ejemplo, si sabes que te falta hacer ejercicio, comienzas por ahí y estableces una acción diaria que te ayudará a mejorar este aspecto. Cuánto, cómo y con qué frecuencia es cuestión de cada quien, porque todos somos diferentes, pero seguramente ayudará que sea gradual, de menor a mayor cantidad, tiempo o esfuerzo.
Dibuja tu círculo de la vida en una hoja, en un pizarrón pequeño o en la computadora e imprímelo y ponlo en algún lugar de tu casa que veas todos los días. Conforme vayas avanzando en los diferentes aspectos de tu vida has actualizaciones quincenales o mensuales. Si buscas “círculo de la vida” en imágenes en internet, encontrarás varios ejemplos.
Otra herramienta sencilla y práctica que nos permite mejorar la productividad y administración del tiempo en nuestras vidas fue creada por Ivy Lee, experta en eficiencia, para Charles Schwab, presidente de la compañía Bethlehem Steel ¡Hace 100 años!… Lo único que hay que hacer es seguir estos cuatro pasos:
- 1. Cada noche has una lista de las 6 cosas principales que tienes que hacer o lograr al día siguiente
- 2. Organiza la lista en orden de importancia el 1 es el más importante y el 6 el menos importante
- 3. Comienza a trabajar en la tarea número uno y sigue trabajando en ella hasta que la completes. No avances a la siguiente tarea hasta que complete esta
- 4. Si queda alguna tarea al final del día, muévela a la parte superior de la lista del día siguiente. Por ejemplo, si finalizas las tareas 1-4 hoy
- Las tareas 5 y 6 se convierten en las tareas 1 y 2 en la lista de mañana.
Personalmente sugeriríamos que las primeras dos tareas de la lista de 6 sean los nuevos hábitos y/o acciones que tienen que ver con los aspectos de tu vida que estás mejorando, los que identificaste en el círculo de la vida y de esta manera como dice el viejo refrán, matamos dos pájaros de un tiro… ¡Así de sencillo!
Un saludo, una reflexión.
Santiago Heyser, Sr. y Santiago Heyser, Jr.
Escritores y soñadores