Escepticismo, poco. Esperanza, mucha. La llegada de Michael Robles a los Bravos de León es por demás satisfactoria. Que sea pelotero nacional, en medio de un romanticismo incomprendido con el pelotero foráneo, es un plus tremendo.
Hermano del mítico ‘Conejo’, quien sobresale en verano con los Algodoneros de Unión Laguna y en invierno con Cañeros de Los Mochis, Michael es un infielder que está destinado a trascender en el beisbol profesional mexicano.
Con apenas 26 años de edad, su plurifuncionalidad es una que puede ayudar en demasía a cualquier organización que pueda llegar a contar con él. Y es que, de acuerdo con Baseball Reference, el portal global más confiable del Rey de los Deportes, tiene experiencia como intermedialista, antesalista y jardinero derecho.
Su estancia en el profesionalismo está por cumplir su séptimo aniversario. Con solo 20 años de edad, debutó en el 2018 con los antes Generales de Durango. Allí, en solo 23 juegos, registró .294 de promedio de bateo con cinco hits y dos remolcadas.
A partir de ese momento, y hasta el 2024, se mantuvo con Durango y, poco a poco, fue ganando relevancia como un pelotero confiable.
En 2021, en la reanudación del circuito tras la pandemia del Covid-19, jugó dos partidos más que en su temporada debut: 25, donde contabilizó 69 turnos al bate con 15 hits, dos dobles y cuatro remolcadas.
En 2022, las cosas mejoraron considerablemente. En 35 juegos, fue de los mejores del club, al promediar .381 de average y ostentar un muy plausible OPS de 1.033. Además, conectó 37 incogibles, 11 dobles, tres jonrones y remolcó 16 carreras. Además, se robó una base, negoció 10 bases por bola y, en una estadística por demás esperanzadora, solo registró 10 ponches.
Por si fuera poco, a la defensiva, se adaptó a cualquier cambio que se le puso enfrente. De sus 35 partidos, jugó nueve como segunda base, 22 como tercera, cuatro como jardinero central, cinco como izquierdo, uno como derecho y uno como parador en corto. Con nueve doble plays, su porcentaje de fildeo osciló entre los .900 y .1000, esto tras cometer cuatro errores, con tres en la antesala y uno en la intermedia.
Aunque en ese mismo año, en la temporada 2022-23, debutó junto a su hermano en Cañeros de Los Mochis, su .091 de average lo enriquecieron para seguir mejorando en verano y seguir peleando por ganarse un puesto en invierno.
Así, en 2023, llegó su mejor año en cuanto a actividad se refiere. Con 82 juegos, registró un average de .351, gracias a 116 hits, 19 dobles, un triple, seis jonrones y 45 producidas.
Por si fuera poco, se caracterizó por ser más paciente y analítico a la hora de ingresar a la caja de bateo y correr por las bases. A pesar de ser ponchado en 45 ocasiones, negoció 27 bases por bola y se robó 16 bases.
Aunque su OPS bajó a .878, su regularidad ofensiva se conjuntó con otra gran temporada a la defensiva. Sin estar exento al error -9 como segunda base-, su juego a la defensiva se distribuyó de la siguiente manera:
- Segunda base: 74 juegos, 9 errores y 48 doble plays (.975).
- Tercera base: 1 juego, 0 errores y 1 doble play (1.000).
- Jardinero Central: 2 juegos (1.000).
- Jardinero Derecho: 9 juegos, 0 errores y 1 doble play (1.000).
A pesar de luchar hasta el final por clasificarse a la postemporada, Robles se quedó con las ganas y, de inmediato, comenzó su preparación con los Cañeros de Los Mochis.
Allí, comenzó a jugar más, con 28 partidos en los que recolectó 10 hits, una remolcada y cinco bases por bola, siendo estas las razones para registrar un promedio de bateo de .208 y un OPS de .512.
Ya en 2024, quizás mermado por los problemas administrativos que llevaron al cambio de nombre de Generales a Caliente de Durango, estuvo dentro del rango medio del promedio de bateo.
Con .281, Robles disputó 46 juegos, donde recopiló 46 hits, nueve dobles, cuatro jonrones y 18 remolcadas. Además, recolectó 32 ponches, robó tres bases y negoció 18 pasaportes.
A la defensiva, siguió siendo utility. Con 40 juegos como segunda base (.979), donde solo registró cuatro errores y 26 doble plays, además de 112 asistencias, uno lo jugó en la antesala, uno más en las paradas cortas, cinco en el jardín izquierdo y cuatro en el derecho.
¿Buena o mala adquisición?
La respuesta es: BUENÍSIMA.
Robles, una estrella en ascenso, es certeza en una posición donde los Bravos batallaron -y en demasía- en la temporada 2024 de la LMB.
Aunque Ítalo Motta recompuso camino en la parte final de la campaña, Eddy Díaz, con ocho errores, fueron parte de la incertidumbre que se vivió dentro del cuadro de los Bravos de León.
Al final, Michael, quien además da gusto porque sea un pelotero nacional, incentiva una competencia interna que orillará a los demás a mejorar arduamente si quieren mantenerse dentro del roster titular.
Con un plausible OPS, que demuestra su paciencia en la caja de bateo, la ofensiva y defensiva del oriundo de Cajeme, le será bastante redituable a Matías Carrillo y compañía.
Excelente contratación de Bravos.
PD: Qué excelente cambio con Durango, pues se desprendieron de un Jack Thompson que simplemente no dio el ancho en el Domingo Santana…
-El Dugout del Gabo.