Llegó la pelota de octubre. Después de 162 juegos, las emociones crecen al por mayor con la realización de la Postemporada, ese nicho que nunca defrauda y siempre nos da historias para la posteridad. 

Después de frenéticas series de Wild Card, donde los Astros de Houston y los Bravos de Atlanta se fueron barridos por los Tigres de Detroit y Padres de San Diego, respectivamente, llegaron las Series Divisionales, tanto en la Liga Nacional como en la Liga Americana. 

En un primer día de demasiada actividad, estas fueron las reflexiones que debemos tomar muy en cuenta a lo largo de la postemporada. 

Los Guardianes de Cleveland son de verdad

A los Guardianes de Cleveland, campeones de la División Central de la Liga Americana, no les afectó en lo absoluto estar fuera de circulación durante las Series de Comodín. 

En la primera entrada del primer juego de su Serie Divisional ante los Tigres de Detroit, le pusieron un ‘estate quieto’ a la novena de A.J Hinch, que a pesar de llegar súper calientes a esta serie, se apagaron por completo. 

Con un rally de cinco carreras en la primera, además de dos más en la sexta, los Guardianes demostraron que no son una mentira, al ganar 0 a 7 el primer juego y ponerse a dos de avanzar a la Serie de Campeonato. 

La concepción de los Súper Mets

Con todo y Zack Wheeler, quien se lució con una sólida apertura de solo un hit, cuatro bases por bola y nueve ponches en 7.0 entradas de labor, los Filis de Filadelfia sucumbieron ante la reacción de los Súper Mets. 

Con rally de cinco carreras en la octava, Nueva York le dio la vuelta a un juego que estaba ganando su rival desde la primera entrada gracias a un jonrón solitario de Kyle Schwarber

Similar a lo que hicieron en el juego número 161 de la temporada contra los Bravos de Atlanta y al segundo y último de la Serie de Comodín ante los Cerveceros de Milwaukee, los Mets parecen ser un equipo de respuesta dramática, pues con esta victoria, lograron su victoria número 44 del año viniendo de atrás. 

Los Yankees y los Dodgers van a sufrir

¿Queremos la Serie Mundial soñada? Pues esa va a tener un sufrimiento de por medio si se quiere cumplir. 

Primero, los Yankees de Nueva York recibieron en casa a los Reales de Kansas City y vaya que fue un juego de toma y daca. 

Uno podría pensar que la inercia de los visitantes fue efímera, pero esa parece no borrarse en la Serie Divisional. 

Sin inmutarse ante un Olimpo histórico de las Ligas Mayores, le pegaron siete hits y le anotaron tres carreras a la serpentina de Gerrit Cole, que solo duró cinco entradas en la lomita. 

A pesar del sufrimiento, un hit productor en la séptima entrada de Alex Verdugo le dio la ventaja final de 5 a 6 a unos Yankees que deberán mejorar demasiado. 

Mientras tanto, los Dodgers de Los Ángeles pelearon hasta el cansancio contra los Padres de San Diego. Comenzaron perdiendo 3 a 0, pero la magia de Shohei Ohtani, complementada con el juego en EQUIPO del cuadro angelino que fue capaz de regresar en dos ocasiones durante nueve entradas, les dieron una sufrida pero merecida victoria de 5 a 7 en el primero de la serie. 

Shohei Ohtani es ÚNICO

¿Primer juego de Postemporada? Primer juego para demostrar que soy único e incomparable. 

Quizás eso pensó el pelotero japonés al pisar por primera vez un diamante en un juego de postemporada. 

En apenas su segundo turno, destrozó una pelota por todo el jardín derecho a una salida de 111.8 millas por hora. Esto impulsó al pentágono a Will Smith, Gavin Lux y al mismo Ohtani, que empató el juego 3 a 3 en la segunda entrada. 

En total, la noche de Shohei, que ya acumula un promedio de .400, se resumió en una actuación de 5-2, con dos hits, dos anotadas y tres impulsadas, además de dos ponches. 

De pilón: El Sweeper y su alta mortalidad

El Sweeper fue la causa de la alta mortalidad de los bateadores de los Bravos de Atlanta en el primer juego de la Serie de Wild Card ante los Padres de San Diego. Y es que, aunque solo lo usó el 17.8% en sus aperturas de temporada regular, Michael King se dio cuenta de cuán mareados dejaba a los rivales y fue una de las grandes claves para lograr 12 ponches en la noche. 

Ahora, el sábado por la noche, en Los Ángeles, Blake Treinen lo replicó. Con solo un hit recibido y dos bases por bolas negociadas, sufrió pero alcanzó a sacar el trabajo con tres ponches. 

El último de estos tres chocolates fue a Manny Machado a través de su Sweeper, ese lanzamiento mortal similar al slider que llegó para quedarse y, al parecer, será síntoma de migraña en varios bateadores. 

-El Dugout del Gabo. 

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