Manejar en una ciudad no es sencillo y aunque en León no tenemos la agresividad que tienen en “chilangolandia”, ni la amabilidad propia de Mérida, lo cierto es que, con dos millones de habitantes y casi medio millón de coches o vehículos automotores, la situación de la movilidad en la ciudad es compleja. Como aquí lo he presentado, el crecimiento de las motocicletas en número es impresionante y al crecer a tasas cinco veces mayor que los coches, pronto pudieran, las motos, llegar a ser ya la mitad de los coches y con esto, incrementar más, el número de accidentes. 

Todo esto debe llevar a una revisión del reglamento para motocicletas y también a comprender la realidad de quienes las usan, pues León se transformó de ser un pueblo bicicletero a un pueblo motociclero. Desde la perspectiva de quienes tienen motocicleta, este medio de transporte es económico y rápido, aunque las estadísticas nos dicen que es el medio de transporte que tiene mayor probabilidad de accidentes en México. Los registros de accidentes con motocicletas se han quintuplicado en los últimos tres años y se deben en buena parte, a la falta de cultura vial que tienen los motociclistas, pues lo mismo vemos que la montan tres personas o que cargan mercancías o que llevan a bebés o que no usan casco o que serpentean en todas las calles o que se pasan los altos. 

Pero como aquí lo presentaba, una parte pequeña de motociclistas han manejado un coche y no han recibido capacitación vial, por lo tanto, ignoran que -la de por sí difícil tarea de manejar- ahora se complejiza más, al tener que cuidarnos por todas las esquinas de las motocicletas que quieren tener todos los derechos y ninguna obligación. Veamos: estrictamente las motos deben moverse como un coche más, pero esto no lo hacen y lo que siempre practican, es moverse a su antojo. 

Es cierto que es la necesidad de trabajo o de transporte familiar, la que ha provocado el incremento del número de motocicletas en México y en León, pero también es cierto que no tienen alguna cultura vial y esto incrementa los accidentes. El promedio de usuarios de motocicleta en León es de 1.8 personas y el del vehículo de 2.3. El costo de inversión y de mantenimiento es respectivamente de una décima parte y una quinta parte comparado con un coche. Por ello, el incremento impresionante de las motocicletas en León sobre todo para las clases medias bajas y bajas. 

Al igual que cualquier usuario de bicicleta o de transporte público, la motocicleta también tiene este derecho, pero lamentablemente no reconocen los motociclistas, que tengan alguna obligación. No alcanzaría el equipo de Policía vial de la ciudad para detener, amonestar, multar o recoger motocicletas, con el de por sí complejo proceso de movilidad de la ciudad. Y aunque no hay propiamente una asociación de motociclistas en la ciudad para acordar con ellos medidas básicas para que convivan con los vehículos (y en algunas vialidades, con las bicicletas), la realidad que tenemos en México es que las clases medias bajas han adoptado a la motocicleta como su mejor medio de transporte, toda vez que el transporte público tiene tiempos de traslado largos y que los vehículos automotores son inaccesibles en costo para ellos.

Considero que si bien tienen los motociclistas todo el derecho a transitar, tendremos que exigir reglamentos como sociedad para que tengan ellos también obligaciones, al igual que los demás medios de transporte. Lo atractivo del bajo costo de compra, de mantenimiento, de combustible, con la promesa de poder llegar rápido a cualquier lado, está provocando ya una crisis en las vialidades de la ciudad. Se seguirá incrementando el número de accidentes en la misma medida en que los motociclistas insistan en serpentear, rebasar y ocupar todos los espacios en las vialidades. Como aquí lo hemos analizado, hay “segmentos” de motociclistas, pues también los fines de semana y periodos vacacionales, las carreteras se llenan de ellos y generan ya numerosos accidentes mortales. No veo otra alternativa más que se actualicen los reglamentos viales a esta realidad del incremento exponencial de motocicletas y puedan ellas convivir con otros medios de transporte, en esta ciudad que camina también muy rápido hacia sus 450 años.

 

RAA

Leave a comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *