Muy triste es ver como la sociedad se divide y más cuando se trata de asociaciones civiles altruistas y sin fines de lucro que trabajan para el bien común y desean el desarrollo de habitantes y comunidades de Guanajuato. El origen de la discordia vino a raíz de que el gobierno actual tomó la decisión de eliminar al Fidesseg, convenio de Fideicomiso de Administración e Inversión, que el ex gobernador Diego Sinhue firmó por decreto en 2019. Recordemos que el sector empresarial se autoimpuso una sobretasa al impuesto sobre nómina de 0.3% con el fin de incidir con mayor eficacia y de manera solidaria en la atención de la problemática social y de la seguridad pública del estado, atención que estaría a cargo de organismos de la sociedad civil.
Empresarios han declarado que en la propuesta original de este fideicomiso se tomó como modelo un esquema que ha funcionado de manera muy ágil, eficiente y transparente en otros estados: en Chihuahua con FECHAC por más de 30 años, esto gracias a la autonomía de gestión que se tiene. No obstante, en el esquema que se adoptó en Guanajuato se establecieron reglas de operación que en la práctica hacían complicados y lentos los procesos para el acceso a los apoyos por parte de las ONG ‘s y fundaciones civiles.
Lamentablemente el manejo de los recursos era desconocido por algunos grupos suscitando críticas y argumentos de que la cúpula empresarial era la que determinaba el destino de los recursos cuando en realidad era la Sedeshu (hoy Secretaría del Nuevo Comienzo) la que decidía en última instancia la aprobación de proyectos. En adición, las también enjuiciadas fundaciones Fe Guanajuato y Actuando por Guanajuato, que tenían como objetivo capacitar, orientar y apoyar a las OSC´s en sus proyectos, fueron descartadas como intermediarias en la presente administración de gobierno. Estos factores han abonado a las discrepancias entre asociaciones.
Con la llegada del Fidesseg las asociaciones crecieron y los beneficiarios se multiplicaron. No había límite para participar en las convocatorias y se podían presentar varios proyectos. Anteriormente sólo era permitido uno al año. La cantidad de recursos otorgados fueron superiores y se veían reflejados en los resultados. Lo cierto es que si éstos no estaban alineados a las reglas de operación simplemente no procedían. Como ejemplo del apoyo de Fidesseg he visto una escuela de tiempo completo y algunos centros comunitarios en zonas prioritarias que han logrado darles educación, cultura, deporte y capacitación de oficios a niños y jóvenes alejándolos del pandillerismo y drogas al ofrecerles oportunidades de desarrollo personal.
Ahora la gobernadora propone un nuevo modelo mejorado que agrega aristas necesarias para apoyar a las zonas más remotas y pobres que no podrían ajustarse a las reglas de operación que requieren de internet, manejo de computadoras y una buena cantidad de copias. Las OSC´s permanecerán atentas y con disposición para colaborar en beneficio de que el recurso sea bien repartido y las necesidades subsidiadas.
Las agresiones al sector empresarial son innecesarias e injustas. Hay que reconocer que fueron los mismos empresarios quienes iniciaron este fondo para que se trabaje en beneficio del estado. Desilusiona no haber podido tener un modelo exitoso como el FECHAC, aunque la gobernadora dijo que “el recurso seguirá donde debe estar y servirá para lo que debe ser”. Hay que echarle ganas y seguir adelante en unión y paz.