Trabajadores del sector automotriz marchan durante una manifestación en Roma tras declararse una huelga nacional, el viernes 18 de octubre de 2024.

Roma.- Los trabajadores del atribulado sector automotriz italiano iniciaron el viernes una huelga nacional por primera vez en 20 años con una manifestación multitudinaria a través del centro de Roma.

Decenas de miles de trabajadores de la industria automotriz marcharon por las calles de la capital, ondeando las banderas rojas de los sindicatos y sosteniendo pancartas en las que exigían mejores condiciones laborales.

Trabajamos uno o dos días a la semana cuando las cosas van bien. Así que lo que decimos hoy es que el costo de la transición (ecológica) no se le puede trasladar únicamente a los trabajadores”, dijo Riccardo Falcetta, representante del sindicato de trabajadores metalúrgicos UIL de Bari.

Los tres principales sindicatos automotrices del país le exigen al gobierno que defienda el empleo en el sector y le dé un nuevo impulso a la industria automotriz italiana, empezando por el fabricante Stellantis.

Stellantis, el cuarto mayor fabricante de automóviles a nivel mundial, está sometido a presiones a escala global para que aclare sus planes de producción futuros, ya que enfrenta una competencia cada vez mayor y tensiones financieras. El gobierno ultraderechista italiano acusa a la empresa de reubicar plantas de ensamblaje en países de bajo costo.

El grupo multinacional, creado en 2021 a partir de la fusión entre Fiat-Chrysler y PSA Peugeot, registró una fuerte caída de la producción en la mayoría de sus plantas italianas durante el primer semestre de 2024. En los últimos 17 años, el fabricante automotriz ha reducido su producción italiana en casi un 70 %.

Carlos Tavares, director general de Peugeot, ha culpado recientemente a las normas europeas sobre emisiones de carbono de elevar los costos de producción, dejando entrever que el grupo podría verse obligado a cerrar algunas plantas de ensamblaje para enfrentar la competencia de China. Tavares afirmó que “no podía descartar” recortes de plantilla y reiteró la necesidad de nuevos incentivos estatales para estimular la demanda de vehículos eléctricos.

Stellantis, que fabrica vehículos Jeep y Chrysler, ha estado bajo los reflectores luego de que advirtiera que esperaba acabar el año con pérdidas de hasta 10.000 millones de euros (11,200 millones de dólares).

JJJC

 

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