Las plazas públicas como cada Cervantino se convierten en uno de los escenarios favoritos del público, pues además de que hace honor al origen del festival, el paisaje urbano propicia el ambiente perfecto para disfrutar de los espectáculos culturales.
La compañía Cronopio Teatro presentó este viernes la obra “Tierra, lengua y corazón” en la Plaza Mexiamora de Guanajuato como parte de las actividades teatrales del octavo día del Cervantino.
La puesta en escena conectó con un público compuesto mayoritariamente de niñas y niños, que se vieron cautivados con los títeres de cartón que son un rasgo distintivo de la compañía.
El texto de “Tierra, lengua y corazón” mezcla historias sencillas y agradables sobre la naturaleza que fueron presentadas por títeres de pequeño y mediano formato con una estética que se encuentra inspirada en formas prehispánicas y que fueron elaboradas a partir de material reciclado.
La historia transcurrió a través de la voz del “Tata”, que sirve como hilo conductor del retazo de historias que buscan sensibilizar lo social y los actos colectivos. Esto con música en vivo, lo que realza el montaje entre percusiones, cuerdas, cascabeles y silbatos.
Mientras que en la Plazuela de San Roque, Lorena Kasper Torres presentó ZZZ Onomatopeya del buen dormir, protagonizada por niños y niñas de la comunidad de San Ignacio en el municipio de San Luis de la Paz.
Ello como parte del Proyecto Ruelas que pretende fomentar la creación artística en diferentes sectores de Guanajuato. La obra fue todo un éxito entre el público que llenó por completo las gradas y todo San Roque.
Abarrotan calles en el segundo fin del FIC
En el segundo fin de semana de la edición 52 del Festival Internacional Cervantino las calles de Guanajuato capital lucieron completamente abarrotadas por miles de personas.
Durante un recorrido por las principales vialidades del Centro Histórico, el equipo de AM pudo observar que grupos de jóvenes en su mayoría desfilaban con bebidas alcohólicas en la mano, riendo, cantando y hasta bailando, pues el Jardín de la Unión se convirtió en una pista de baile como es costumbre.
Los lugares más socorridos fueron el Jardín de la Unión, la Plaza de la Paz y la Plazuela de Los Ángeles. Además la avenida Juárez se volvió intransitable con los ríos de gente que quería caminar por las angostas calles.