Jerécuaro, Guanajuato.- Tras varias horas de pie resguardando el lugar donde un “coche bomba” explotó, un par de policías estatales le aceptaron un vaso de agua a Rosa, que llevaba más de 12 horas sin energía eléctrica y en zozobra por este hecho sin precedentes.

Ellos también son humanos, se cansan y hacen su trabajo”, mencionó Rosa, a quien su esposo José Luis “le hizo segunda” y un poco más tarde les convidó cacahuates y más agua además de yogurt con tapioca a las agentes.

Se trata de ser empáticos, de ser humanos, porque justo la falta de esa empatía y humanidad es lo que ha llevado a cosas como esta”, narró José Luis mientras veía el tejado destrozado del portal en la esquina de la avenida Juárez.

Tiendas de abarrotes y otros negocios se quedaron sin luz por el atentado. Foto: Omar Ramírez.

El estruendo de la explosión irrumpió el amanecer en este poblado de unos 50 mil habitantes en el sur de Guanajuato, y desde entonces, los agentes de las Fuerzas de Seguridad Pública del Estado, Ejército Mexicano y Guardia Nacional se convirtieron en lo habitual en lugar de los peatones que visitan los negocios que abundan en esta zona; Tiendas de abarrotes, ferreterías, fondas y refaccionarías que se quedaron sin funcionar este día.

Al ver que los uniformados apenas se movían de su sitio, Rosa y su esposo decidieron ofrecerles algo de apoyo como muestra de esa empatía.

La oscuridad se apoderó de la zona 13 horas después de la explosión. Foto: Omar Ramírez.

Al paso de casi 13 horas, la noche cayó en Jerécuaro y los vecinos seguían en espera de que regrese la energía eléctrica en la zona.

Varios esperaban poder entrar a la zona acordonada para sacar sus vehículos estacionados, solo a algunos les permitieron llevárselos.

AAK

 

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