Un recorrido por la historia de la danza en Corea fue lo que contó Mujer Dance Company con su presentación “Caminamos, miramos y nos paramos”.
La coreografía de Yuensoo Seo, presentada en el Teatro Manuel Doblado como parte del Circuito Cervantino, combinó elementos de la danza tradicional coreana con tintes de danza contemporánea.
Lo primero que apareció en el escenario fue un hombre cargando la escalera en pleno silencio y dando vueltas hasta que encontró el lugar preciso para posicionarla.
Después, los bailarines vestidos de negro, a excepción de unos tradicionales calcetines blancos, comenzaron a atravesar el escenario a paso muy lento, de un lado al otro, teniendo como fondo una música ecléctica, en la que un timbre se repetía una y otra vez, mismo que marcó el ritmo de la coreografía durante media hora.
Más tarde, aparecieron unas campanas de viento colgando del cielo, tocadas por los movimientos de una bailarina a la que más tarde se le uniría el chico de la escalera.
Más tarde los bailarines regresaron sosteniendo cada quien una campana de mano, también de la tradición coreana. Hacia el final de la parte tradicional, el joven de la escalera deja una rama de árbol entre los pies de los bailarines, pues toda la primera parte representó el germinar de una semilla hasta convertirse en una planta.
El cambio hacia la danza contemporánea se vio marcado por unos reflectores de luz blanca y morada que sustituyeron a las campanas del cielo, mientras que los bailarines aparecieron ataviados en unos sacos negros largos, que daban un toque de misterio a su actuar.
La noche terminó con una lluvia de confeti que resaltó el colorido de las tradiciones coreanas que conviven con la explosión del arte contemporáneo.
Tradición coreana en Guanajuato
La armonía entre tradición y modernidad se expresaron visualmente con Mujer Dance Company, una puesta en escena que cautivó y maravilló al público cervantino.
“Caminamos, miramos y nos paramos” es la pieza que la audaz coreógrafa coreana Yeon-soo Seo presentó la noche de este sábado en el Auditorio del Estado de Guanajuato frente a un nutrido público que permaneció expectante hasta que explotó en el escenario una nube de papelitos verdes que generó sorpresa y emoción entre los espectadores.
La poderosa postal estuvo precedida de cuadro escénico que mostraron la evolución de la danza tradicional coreana materializada mediante el uso de objetos tradicionales como el Beoseon (calcetines tradicionales), el Baldidim (banquillo utilizado para pisar) y el Moktak (campana de mano utilizada en el zen budismo coreano).
Con una iluminación y música impactantes, esta exploración construyó en el escenario un diálogo entre lo antiguo y lo contemporáneo.