El puente peatonal del bulevar Bicentenario de Tulancingo, que da continuidad al sendero intermunicipal de movilidad alterna; obra polémica que se construyó al final de la administración municipal que presidió Fernando Pérez, representa un peligro para transeúntes.
El caso es que para quienes van por ese camino y deben incorporarse el bulevar Tomás Alba Edison, se queda sin banqueta de ambos lados del arroyo vehicular que tienen flujo constante.
La opción caminar por un reducido espacio agarrándose de unos tubos o de plano bajar y encontrase de frente con los automóviles que pasan a buena velocidad.
La construcción de ese puente tuvo un costo de más de cuatro millones de pesos que fueron cuestionados y considerados un desperdicio de recurso público por parte del entonces alcalde Fernando Pérez.