Los morenistas, encabezados por AMLO y Sheinbaum y sus partidos políticos aliados, todos, hambreadores del pueblo de México, destruyeron la reforma educativa que implicaba la capacitación de los maestros para preparar a los estudiantes de cara a su futuro y al de la nación. Resulta muy sencillo, de acuerdo a lo anterior, entender las citas de AMLO cuando sostenía que “los estudiantes graduados en universidades extranjeras solo habían aprendido a robar”.
Al ignorar la educación como herramienta de superación personal, el destino de la nación no puede ser otro que el embrutecimiento social, la resignación, la pobreza franciscana, el hambre, en lugar de invitar a la reconstrucción generosa y digna de la vida material e intelectual los mexicanos de cualquier extracción social. La tal “austeridad republicana” y la política engañosa de “Por el bien de todos, primero los pobres”, son solo pantallas demagógicas para comprar la voluntad política de 50 millones de mexicanos sepultados en la pobreza que, desde luego, no fueron rescatados de sus terribles condiciones de marginación en la presente administración, por lo que continuarán votando en contra de su porvenir y el del país.
Morena y sus cómplices, enemigos del progreso, tienen un solo objetivo: ampliar el número de pobres dependientes del presupuesto público. No, no se trata de crear empleos productivos con sus debidos derechos laborales, como la pensión, la jubilación o las afores, etc., no, la estrategia consiste en sobornar a los sectores vulnerables con cargo al ahorro público disponiendo ilegalmente, en muy buena parte, de los fondos del erario destinándolos a fines contrarios a lo dispuesto por la Constitución. Baste con saber que en todo el catastrófico sexenio de AMLO escasamente se alcanzó el 1%, en promedio, de crecimiento económico.
En otros países, si los ciudadanos reciben un subsidio del gobierno queda cancelado el derecho a votar para garantizar la neutralidad en los sufragios. En ese caso, Morena podría perder hasta su registro como partido político, si no se olvida la quiebra de los sistemas de salud, de educación y de seguridad pública, entre otras incontables tragedias.
Según AMLO y Morena, “los pobres son como mascotas, animalitos a los que se debe alimentar” sin rescatarlos de la marginación, porque de lograr una mejoría económica, se olvidarían en las urnas de quién los ayudó a superarse. De acuerdo a lo anterior, los morenistas se oponen a la creación de empleos productivos, porque a más prosperidad económica de los ciudadanos, menos rendimientos electorales, de ahí que insistan en expandir la pobreza para asegurar su estancia en el poder obstaculizando el papel de la iniciativa privada, como aconteció en el foro de Concamin la semana pasada.
¿Conclusión? A menos emprendedores, más pobreza, de ahí que la tarea consista en impedir la proliferación de promotores del progreso. A más ciudadanos que puedan prescindir de la asistencia del gobierno, más dificultades para la supervivencia de Morena, el peor movimiento social de la dolorida historia de México.
Desperdiciar cientos de miles de millones de pesos en obras suicidas, constituyó otro gravísimo atentado en contra de la evolución material de los mexicanos, pues tenían que haber sido destinados a la construcción de infraestructura eficiente, a la educación, a la salud, a la seguridad pública, a la exploración petrolera, a la expansión de energías limpias y baratas para generar empleos, aprovechar el nearshoring, un conjunto de bienestar recíproco para detonar el crecimiento económico con sus respectivas ventajas en materia de recaudación tributaria.
Si estos nefastos sujetos que gobiernan nuestro país, auténticos hambreadores del pueblo, continúan comprando ilegalmente la voluntad electoral de los ciudadanos vulnerables económicamente, resultará muy complejo y tardado arrebatarles el poder y todo México quedará sepultado en el atraso como ocurrió con la ciudad de México, en donde el presupuesto público se destinó a sobornar a los sectores marginados y escasamente a obras públicas orientadas a la superación social.
Nuestro país, en manos de Morena y de sus cómplices, un gobierno de hambreadores del pueblo, nos están sepultando en el atraso y en la ruina, mientras serruchamos felices y contentos la rama sobre la que todos estamos sentados.