Hoy en día, los grandes avances en tecnología han permitido que la inteligencia artificial (IA) juegue un papel preponderante en diversos ámbitos. La tecnología de la comunicación no es la excepción, apoyándose en estos impresionantes desarrollos. Sin embargo, algo que llama la atención es la predicción de que muchos empleos irán desapareciendo. Pero, oh sorpresa, la duda persiste gracias a ciertas instituciones bancarias que parecen haberse quedado atrapadas en el tiempo, y sí, estamos hablando de HSBC.

Imagina que, en cualquier institución bancaria, cuando un cliente solicita algún servicio o crédito, le piden nombre y datos de dos referencias. Ahora, uno esperaría que esto sea para verificar la solvencia de quien dio la referencia, ¿verdad? Pero no, aquí es donde la cosa se pone interesante. En lugar de hacer eso, deciden hacer llamadas al número celular de la referencia para ofrecer tarjetas de crédito y seguros de diversa índole de manera insistente.

Por más que la persona referida argumente que no necesita esas ofertas, es como si se estuviera comunicando con una pared. Porque, religiosamente, le seguirán llamando todos los días. Uno empieza a preguntarse si realmente están usando IA o si han dado un paso más allá de la tecnología y han logrado hacer hablar a los simios con inteligencia “casi” humana.

¡Es la única explicación lógica que viene a la mente! Porque no importa cuántos argumentos se presenten para rechazar la oferta, al día siguiente, ahí estarán, llamando de nuevo como si fueran un reloj suizo. Así que, la próxima vez que te llamen, imagina que al otro lado de la línea hay un simio con auriculares, tratando de ofrecerte una tarjeta de crédito con la misma persistencia que un niño pidiendo un helado. ¡Al menos así, la situación tendrá la situación tendrá un poco más de humor!

¡Enhorabuena por ese banco! Que en vez de recurrir a la inteligencia artificial, ha contratado a un sinnúmero de primates para insistir una y otra vez desde los plásticos bancarios hasta créditos y seguros de vida. Ahora entiendo porque ha encarecido el plátano.

(El presente artículo fue escrito obligadamente por las recurrentes llamadas telefónicas desde las oficinas de un conocido banco; la única evidencia que se posee es el registro de llamadas)

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