INCLUSIVE quienes apoyaron a Claudia Sheinbaum en su carrera por la Presidencia están preocupados por ver cómo su gobierno ha optado por arrancar en medio de una crisis constitucional heredada.
DESDE QUE la 4T tomó el poder, las palabras parecen haber perdido su peso real, pero una crisis constitucional no es para tomarse a la ligera. Lo que está en juego, contrario a lo que dicen los voceros oficialistas, no es la voluntad de quienes votaron por un proyecto. Lo que está en juego es el sistema democrático que, precisamente, le permitió a la 4T convertirse en lo que hoy es.
MAÑANA en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (que por algo lleva ese nombre) se discutirá el proyecto del ministro Juan Luis González Alcántara. Hasta los más cercanos a Sheinbaum ven en ese estudio jurídico una salida posible y digna a una crisis constitucional que pondría en entredicho todo el sexenio que apenas comienza.
EL DERECHO no es una ciencia exacta y ante la disparidad de criterios, justamente para eso existe la Corte. Si mañana la mayoría de ministros declara inconstitucional la mayor parte de la reforma judicial y el Ejecutivo y el Legislativo se niegan a acatar el fallo, México entrará en un terreno peligroso en el que la ley no vale de nada.
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POR CIERTO que hoy mismo arranca, en paralelo a la discusión en la SCJN, el proceso para la elección de jueces, magistrados y ministros el próximo año. Los llamados comités de selección emitirán la convocatoria y mañana mismo comenzarán los registros.
ALGO DEBERÍA decirles a los organizadores el hecho de que prácticamente la totalidad de los juzgadores que serán despedidos decidieron no prestarse al juego de la supuesta elección. Así que habrá que estar muy al pendiente sobre quiénes se inscriben en busca del voto para el siguiente año.
AUNQUE se supone que hay reglas claras, todo indica que será un proceso bastante amañado, para que “el pueblo elija” casualmente a aquellos que le serán útiles al gobierno.
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MÁS DE UNO se pregunta qué es lo que realmente mueve al alcalde Luis Mendoza a clausurar tanto la Plaza de Toros México como el Estadio Azul. Quienes han visitado ambos recintos saben que no son los más cómodos ni los mejor adaptados para albergar eventos deportivos y espectáculos en medio de la alcaldía Benito Juárez.
PERO ESO no empezó la semana pasada. Es un problema que lleva décadas arrastrándose y al cual ninguna autoridad, ni a nivel demarcación ni a nivel CDMX, ha podido encontrar la forma de resolver el acertijo de ambos cosos deportivos.
HABRÁ QUE VER si el panista Mendoza realmente está dispuesto a hacer un pase por chicuelinas para resolver semejante lío… o si simplemente es un villamelón queriendo llamar la atención.