De pelear títulos cada semestre, León pasó a habitar la zona baja de la Liga MX.
Los Esmeraldas terminarán el 2024 sin trascender en torneo alguno (Apertura 2024, Clausura 2024 y Leagues Cup) y suman esto al fracaso en el Mundial de Clubes 2023.
Meses de pesadilla
En el actual Apertura 2024 y tras una odisea de 17 jornadas, el club finalizó en el lugar 11 del campeonato, con 18 puntos y un récord de tres victorias, nueve empates y cinco derrotas.
Además de 21 goles a favor y 23 en contra, la Fiera simplemente no se pudo levantar del mal arranque que tuvo con Jorge Bava, quien fue despedido en la jornada 6 con marca de 0-4-2.
Aunque Eduardo Berizzo llegó en la jornada 7 y alcanzó las únicas tres victorias que tuvo el equipo en el semestre, el intento fue en vano, y León, que está por cumplir cuatro años sin título de Liga MX, alcanzó el año completo sin clasificarse a la Fase Final.
Ante este suceso, Súper Deportivo contactó a cuatro expertos de la ciudad para que nos dieran un punto de vista sólido y argumentado sobre quiénes son los responsables de la crisis.
Adrián Castrejón (La Poderosa RPL)
Lo sucedido con León al final del Apertura 2024, no es ninguna sorpresa, ya se veía venir.
De hecho, el equipo hizo más de lo que se esperaba de él llegando con vida al último juego del torneo, pero con un lastre del que no se pudo deshacer.
Hablar de culpables, o responsables si se quiere ver así, es referirnos a todos los que forman parte de la organización.
Sé que lo más fácil sería decir que la Directiva es la única responsable, pero creo que todos tienen algo que ver en este nuevo fracaso esmeralda, aunque, desde luego, las decisiones tomadas desde la cúpula tienen mucho que ver.
En Grupo Pachuca hay un estilo muy claro para administración. No se buscan contrataciones “Bomba”, sino más bien se analiza qué jugadores pueden venir a encajar en el proyecto.
Desgraciadamente, en los últimos años las elecciones no han sido las correctas; pareciera que se perdió “el toque”, y han sido más las decepciones que los aciertos.
Por otro lado, los técnicos que han llegado no han sabido capitalizar las fortalezas de la plaza.
Sin irnos muy atrás, Larcamón llegó como el encargado de hacer renacer al equipo. Su pasado con Puebla parecía convertirlo en el ideal para encabezar el proyecto.
Sin embargo, a pesar de darle a los Verdes su primer título internacional, se fue sin darles la consolidación en la Liga. No tenía un plantel tan malo como para no poder hacer más, y las formas de su salida dejaron claro que algo se rompió.
Luego vino Bava, que por ser campeón en su País, parecía que tenía mucho que dar. Pero el charrúa quedó mal.
Parecía que tenía el “Síndrome del Jamaicón”, pero a la uruguaya. Siempre pensando en regresar para dirigir a un “grande” de su tierra.
Para este torneo, León se renovó. Salieron muchos jugadores y llegaron otros tantos, que, como es lógico, tardarán en encontrar la conjunción para empezar a dar resultados.
Y para no variar, algunos de los que llegaron ya demostraron que no tienen con qué ayudar al equipo, la pregunta es si se irán pronto o lo dejarán “reposar” otros seis meses como a Napoli.
Ya con Berizzo en el banco, León mejoró, pero es evidente que se debe fortalecer y deberá hacerlo con la inteligencia que lo caracterizó durante muchos años, con la elección de jugadores clave que sean verdaderos refuerzos para el equipo y no solo fichajes o contrataciones.
Sabemos que hoy el objetivo es el Mundial de Clubes de 2025, pero si este finalmente no se da, como se ha especulado, La Fiera debe volver a ser ese equipo protagonista en la Liga Mx, en el que se convirtió desde su regreso al Máximo Circuito.
Julio Saucedo (TV Azteca)
La imagen que vimos en el Gigante de Acero ejemplifica visualmente el caos que fue el León en el 2024. El caos total, deportivo y extradeportivo.
Cuando pasa un batacazo como el de este año -y que alarma porque ya van varios sin que se juegue liguilla directa-, no se salva nadie, ni Jesús Martínez y toda su Directiva; ni mucho menos los jugadores ni el cuerpo técnico.
Es momento de repartir responsabilidades… y todos tienen.
La Directiva tiene un gran punto este año: Trajeron una gran figura –Andrés Guardado– y la limpia que tanto se le pidió, se hizo.
La salida de los históricos se logró y se le dio continuidad a un proyecto, el de Jorge Bava, después de tantas salidas.
Pero el tamaño del golpe no fue igual al reparo. No se construyó un León ganador y poderoso.
Fue un equipo limitado no solo en cantidad -no había banca-, sino en calidad. Era un León de mitad de tabla para abajo.
En resumen, León sólo tiene dos convocados a Fecha FIFA y en selecciones que no marcan la pauta, como Venezuela y Chile, que ahora está en el fondo de la tabla de eliminatorias y, claro está, que cantidad de seleccionados es igual a calidad de plantel.
Los jugadores también tienen mucho que ver. No se notó nunca un equipo.
Con Bava, se estuvo lejos del compromiso y la calidad, y con Berizzo, mejoraron el compromiso, pero mostraron carencias cuando habría que sacar los partidos con determinaciones individuales.
Hubo errores claros que no son responsabilidad de ningún técnico ni de una Directiva, como los dos penales ante Mazatlán, como el error de Alfonso Blanco ante Toluca y como las fallas ante Atlas.
Y los entrenadores, por supuesto que también tienen su responsabilidad.
Bava porque nunca logró mostrar un estilo y los jugadores no están tan comprometidos con él y eso se notó con el cambio de entrenador.
Además se equivocó al responder llamadas en Uruguay y hablar de su sueño de dirigir en su país cuando su equipo se le caía a pedazos en el Bajío.
No se hizo a un costado, la Directiva tampoco lo cesaba, y la afición no lo quería. Nunca conectó y su salida fue tarde.
Berizzo también tiene su parte porque, aunque haya despertado al León desde la sangre combativa, hubo partidos donde él también falló, como en aquel juego contra Mazatlán al apostar por Edgar Guerra cuando se necesitaba más calidad, quizá como la que ostenta Diego Hernández.
En general, no hay nada rescatable.
Todos son responsables y nadie se salva.
Omar Oseguera (TUDN y La Poderosa RPL)
¿Culpables del nuevo fracaso del Verdiblanco? Uff, la lista es larga. No hay uno, ni un par, ni tres.
Es Bava y su pasividad, su falta de carácter.
Es Berizzo y sus cambiantes propuestas partido a partido.
Es Jesús Martínez por traer jugadores indignos del León, por quedarse con las manos atadas cuando a los jugadores no les quemaba la falta de victorias y al contrario, se iban a la playa a disfrutar de su contrato.
Es Jesús Martínez por su paciencia con Bava y por dejar ir a Viñas también.
Es “Chuchín” por los costos de los boletos que alejaron a la afición y que, por ende, ya no hacen pesar la casa de La Fiera.
Es Andrés Guardado por no ser ese capitán esperado, ese jugador de peso y sí uno irregular, falto de identidad con el equipo, su afición y sus exigencias.
Es Guardado por ya no querer seguir en un equipo al que nunca amó y sintió suyo.
Pocos se salvan, quizás Cádiz por sus goles, Luciano por su manera distinta de tratar la pelota y Chava Reyes por su regularidad todo el semestre. Sin embargo, también son parte de un equipo que hoy aburre por jugar feo.
No tiene nada de malo reconocer. Una autocrítica vendría bien y no salir con la estupidez de “tú no jugaste futbol”.
Ya no se puede ir más abajo.
León tocó fondo hace un rato ya, sin poder siquiera asomar la cabeza.
Luis Miguel Guerrero (De Primera)
El nuevo fracaso de La Fiera es atribuible, en buena medida, a una directiva que cometió el gravísimo pecado de darle el voto de confianza a Jorge Bava, un técnico que ya en la temporada anterior había dado muestras de incapacidad, y al que la responsabilidad de conducir al club leonés al protagonismo en la liga le había quedado grande.
El pecado se duplicó al tardarse en darle las gracias al uruguayo en la presente campaña, dejándole un paquete muy grande a Eduardo Berizzo.
Aunado a lo anterior, la situación económica de la institución, acompañada con un mal tino a la hora de elegir jugadores, han traído como consecuencia el tener un plantel muy limitado, en el que las lesiones y la irregularidad de sus futbolistas han sido la única constante en los últimos tiempos.
Está claro que tanto Berizzo como sus jugadores también tienen responsabilidad de esta nueva decepción, y el técnico deberá analizar con tranquilidad si debe darle las gracias a algunos de estos elementos en la próxima campaña.
Si bien es cierto que el cuadro esmeralda ya tiene un estilo de juego más definido bajo la batuta de Berizzo, los números de este con La Fiera no son nada del otro mundo, y requerirá de un par de refuerzos de peso para ser un equipo más competitivo.