COMO DIRÍA Lenia Batres: guau, guau… ¡guaaau! El INE acaba de exhibir el caos que implica la elección de jueces, magistrados y ministros. Contrario a lo que siempre han dicho en la 4T, ¡no son enchiladas!
Y ES QUE la propia secretaria ejecutiva, Claudia Edith Suárez Ojeda, tuvo que pedirle tanto a la Cámara de Diputados como al Senado que posponga 90 días el proceso electoral judicial, porque simple y sencillamente no hay manera de que el INE pueda llevarlo a cabo el 1 de junio de 2025.
ES DECIR, les está pidiendo al senador Gerardo Fernández Noroña y al diputado Sergio Gutiérrez Luna que reformen su reforma, porque tal y como la aprobaron nomás no se puede. Entre otras razones porque para los 881 cargos en juego se supone que habría 5 mil 379 candidaturas, que tendrían que salir de miles de aspirantes a los que deben evaluar los comités de selección.
TODO ESO sin contar los millones de boletas a imprimir, además de la contratación y capacitación a miles de trabajadores que tendrían en sus manos la elección más grande y extraña que ha habido en México. Se les dijo, pero nadie hizo caso.
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POR CIERTO que en el desfile conmemorativo por el aniversario de la Revolución Mexicana, fue notoria la ausencia de la ministra presidenta Norma Piña. Y aunque las redes obradoristas estuvieron moviendo la idea de que fue un desaire de parte de la jurista, la realidad es que a pesar de que son vecinos, de Palacio Nacional no enviaron invitación alguna a la Suprema Corte de Justicia. Por lo visto a alguien en la Presidencia se le olvidó que lo cortés no quita lo valiente.
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ALGO RARO está pasando con la reorganización de las dependencias del gobierno federal. Se suponía que una de las mayores novedades era la creación de la Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones, pero resulta que todavía no nace y ya la quitaron funciones.
UNO DE LOS OBJETIVOS era que la dependencia que encabezará José Merino, también conocido como “Pepe Ivermectino”, era absorber las funciones -y recursos- del Instituto Federal de Telecomunicaciones.
SIN EMBARGO, en las “deliberaciones” de los diputados morenistas se decidió que siempre no y ahora el IFT pasará a ser un órgano desconcentrado de la Secretaría de Economía. El nuevo juguete burocrático incluirá funciones de la Comisión Federal de Competencia.
QUIENES SABEN del asunto dicen que este embrollo obedece a que, finalmente, en la 4T se dieron cuenta que su idea de desaparecer el IFT va en contra de los lineamientos del T-MEC. De ahí que tuvieron que parchar su reforma, simulando autonomía en un organismo que será dependiente del gobierno y, de paso, rasurando la nueva Agencia Digital que nacerá mocha.