La Secretaría de Hacienda y Crédito Público dio a conocer hace unos días el Paquete Económico para el 2025. Destaca el hecho de que el presupuesto programable será menor al del 2024. En comparación, el presupuesto para el año pasado fue 4.23 % mayor al del 2023 y 18.3 % mayor al 2019.
Esto confirma lo que muchos habían supuesto sobre que el nuevo gobierno encabezado por Claudia Sheinbaum empezaría a pagar por la deficiente administración del gobierno anterior.
Habrá que ver si esto se confirma en los próximos años, pero por lo pronto el gobierno se ha achicado, aunque por un corto margen. Debido a esto es que un prominente miembro de la Cámara de Diputados de Morena hizo comentarios sobre la necesidad de una reforma fiscal, aunque fue la propia presidenta quien lo desmintió acerca de que ese fuera un propósito inmediato del gobierno.
Lo que es cierto es que ya es claro para el propio régimen que tendrán problemas para financiar sus proyectos. El pago de intereses de la deuda ascenderá al 14.9 % del gasto total, que ha crecido 8.5 % respecto al año pasado. Sin duda esto representa un gran pedazo del presupuesto, que de otra manera podría ser destinado a salud pública y educación. Recordemos que reducir la deuda fue una promesa incumplida, entre muchas, del expresidente López Obrador.
Hasta donde se pueden sacar conclusiones, el gobierno gastará importantes recursos en programas sociales, que seguramente seguirá utilizando políticamente para propósitos electorales. Un próximo gobierno deberá seguir canalizando estos recursos pero desprendiéndolos del control político.
No se entiende, por otro lado, que no haya aumentos significativos en educación y salud pública, así como para la cultura, viniendo de un gobierno que se dice progresista. Quizás ya llegó el momento de dejar de pensar que el partido Morena y sus aliados son de izquierda. Y si lo son, lo son de una izquierda autoritaria.
Si hay algo positivo que se puede decir del presupuesto presentado es que se aumentarán recursos para infraestructura, transporte y vivienda. Falta, sin embargo, saber cómo se implementarán los planes.
Otra cosa notable de analizar es la gran reducción del gasto de defensa. ¿Se tratará de un mensaje al poder militar por parte del gobierno? El problema con la nueva configuración en la que la policía existe bajo la tutela del poder castrense es que ella va a sufrir el corte de recursos. Esto podría tener consecuencias nefastas para la seguridad pública.
Difícil pensar que este presupuesto no puede mejorarse o que no exista una mejor manera de canalizar los recursos existentes. El problema es que el régimen no está verdaderamente abierto al debate ni a la discusión con otras fuerzas políticas.
No hay mucho terreno para el optimismo.