Quién no ha dicho alguna vez, estas frases: Ya estuvo suave. Ni que ocho cuartos. Vientos huracanados Abuelita de Batman, Abuelita soy tu nieto. Así como la Real Academia Española define y aprueba las palabras del idioma en español, el lenguaje coloquial mexicano tiene su propio lenguaje nacional y regional.

Ya estuvo suave, esta frase la oímos de nuestros padres o de nuestros abuelos, se usa y se sigue usando para decir que ya basta, ya es suficiente con la broma, con la discusión o con alguna petición insistente. Su origen puede referirse a que ya amasaron mucho el tema o el asunto y que ya pasaron mucho tiempo dedicado a una misma cosa.

Ni que ocho cuartos: manera compleja de decir que no se va a hacer algo. Esta expresión coloquial es usada para subrayar el desacuerdo con algo, por ejemplo: ¡Qué dieta ni qué ocho cuartos! Surge del significado de la palabra cuartos, un tipo de moneda de cobre en España, cuyo valor era el de cuatro maravedís de vellón.

Vientos huracanados: escuchar o manifestarse con esta expresión, se está remitiendo necesariamente a algo positivo, festivo, alegre o animado, donde se muestra contento y jubiloso, por algo o alguien al que le ha sucedido un acontecimiento o ha salido triunfante de una situación y que le ha hecho entusiasmarse.

Andar con el Jesús en la boca: utilizado por las madres mexicanas para expresar su preocupación e inquietud hacia algo en específico. Comúnmente utilizada cuando uno anda a altísimas horas de la noche con sus amigos. Ejemplo: ¿Qué son estas horas de llegar? ¡Llevo toda la noche con el Jesús en la boca ¡

Voy a sacarle la sopa: cuando un sujeto quiere descubrir la verdad acerca de una situación específica que le es desconocida.

El que es perico, donde quiera es verde: dícese del individuo que puede demostrar sus habilidades y competencias en cualquier circunstancia o trabajo.

Taparle el ojo al macho: expresión para indicar que estás disimulando lo que hiciste mal para evitar tener la culpa, como quien dice “hacerse güaje”. Ejemplo: No quieras taparle el ojo al macho, ¡yo sé bien donde andabas!

Hacerse guaje: no darse por enterado de algo o hacerse el desentendido, para algunos significa otra cosa, pero eso no lo que puedo publicar, para evitar que me amoneste la casa editorial y ya no publiquen más mis historias, cuando tenga la edad y la fama de Catón entonces sí podre ser más explícito.

Me agarraste en curva: cuando se sorprende a un individuo desprevenido y distraído. Usualmente utilizada por los hombres cuando sus mujeres les aplican el “a ver, ¿dime qué te estaba diciendo?” – ¡Híjole, mi amor! ahora sí que me agarraste en curva, te juro que te estaba escuchando.

Ponte la del Puebla: frase utilizada cuando quieren expresarle a otro individuo que comparta algo, que preste pa’ la orquesta, que se moche, que brinde desinteresadamente algo. Proviene del uniforme del equipo de fútbol de Puebla, que tiene una línea diagonal cruzando desde el hombro derecho hasta la parte inferior izquierda del torso.

En resumen, cuando uno traza esa línea, parece que se está cortando o “mochando” con un pedazo de uno mismo…¡está compartiendo!

Ya nos cayó el chahuistle: del Náhuatl (chahuitztli), cuyo significado es “enfermedad del maíz”, un hongo que invade las cosechas de los agricultores, considerada como una verdadera tragedia. Actualmente, esta frase la utilizamos para expresar que nuestros problemas están a punto de empeorar o nos va a suceder algo no agradable, digamos que ya valió. Ejemplo: Te dije que no te pasaras ese alto, ahora por tu culpa ¡ya nos cayó el chahuistle! El patrullero¡, No manches, acaba de llegar tu papá!.

Sepa la bola: cuando una persona no quiere meterse en problemas y no tiene a quien echarle la culpa. Esta frase viene de los tiempos de la Revolución Mexicana, cuando se les conocía como “la bola” a todas las personas de diferentes clases sociales que formaban parte de los levantamientos callejeros en contra Porfirio Díaz. Ejemplo: -¿Quién dejó todo esto aquí tirado? – ¡Sepa la bola! cuando yo llegué, así estaba.

Darle vuelo a la hilacha: literalmente es desgastar el hilo hasta que no haya de donde desprender. Nuestras abuelitas nos lo solían decir cuando andábamos en malos pasos y no medíamos las consecuencias. Como cuando nos vamos de fiesta, party, guateque o reventón y la misión de la noche es aguantar la fiesta hasta que el cuerpo aguante.

Si un extranjero visita México y escucha una frase como ésta: “Amárrate las agujetas que te vas a dar un ranazo”, ¿cómo lo entendería? No se trata de atar una especie de aguja para evitar accidentes con un batracio, en realidad es una advertencia, de sujetar bien las cintas de los zapatos. Ranazo es darse un fuerte golpe.

Es así como el español de México se ha visto inundado de frases coloquiales que denotan el ingenio y la destreza de sus hablantes y cuyos significados son fáciles de interpretar debido a la correspondencia tan clara en sonido que tienen con frases formales de uso común, por ejemplo: ¿Qué pasión? (¿Qué pasó?), ya te la sándwich (ya te la sabes), ¡Clarines! (claro). ¡Por su pollo! (por supuesto).

Otro tipo de estas clásicas frases mexicanas son aquellas, cuya gracia recae en hacer referencia a personajes o elementos de la cultura popular, por ejemplo: Nelson Mandela (Negación, no, nel), a partir del nombre del líder político sudafricano.

Los personajes principales de telenovelas se volvieron entrañables por sus historias, por su simpatía y carisma, pero también por su lenguaje. Esto llega a su máxima expresión en tres novelas icónicas de los años 90: María Mercedes (1992), Marimar (1994) y María la del Barrio (1996) las tres protagonizadas por Thalía. María Mercedes conoce a Jorge Luis mientras le limpia el parabrisas en una avenida de la CDMX., después de que él le regala dinero, ella se despide diciendo: ¡Ahí nos vidrios! Pese al acento costeño de Marimar, su lenguaje es muy parecido al utilizado por todos. Y qué decir de su perro, Pulgoso, quien le hablaba al espectador y siempre decía: ¡Pa’ su mecha! Por último, no era raro escuchar a María la del Barrio defendiéndose de quienes se burlaban de ella, incluido el propio Luis Fernando, con frases como: ¡Te reirás de ti, pero de mí, naranjas!

Breve glosario de frases clásicas. Si no conocen varias de estas frases o quieren enriquecer su repertorio, aquí les dejo algunas de ellas, que están… ¡a todas margaritas!

Para saludar: ¿Qué hongo? ¿Qué Pedro Pablo por tu casa? ¿Quiúbole? ¿Qué pex? ¿Qué onda?

Para despedirse: Parto sin dolor, Ahí la bestia, Luego te viceroy, Si tienen tele pues ahí se ven, A Dios que te vaya bien, Hay nos vidrios, Aquí se rompió una taza y cada quién para su casa y si no me ven pues no me extrañen

Para afirmar: Yes en inglés, Clarín corneta, Clara de huevo, Arre con la que barre, Que se arme la rumba, Ya rugiste león, Ya estás peinado pá tras.

Para negar: Nanai, Nel pastel, Zacatito pal conejo, Naranjas chinas, Nelson, Ni maíz pinto.

Circunstanciales: Pero sin Yolanda, Mary Carmen, que aquí no ha pasado Nancy; Vaya, vaya, Tacubaya, Si no conoce, mejor ni vaya; Es con Tokio, Honda y Kawasaki; Ya te la sábanas, paquetes de hilo; Ya te la Sabritas, mi Barcel; Ando bien erizo; Calmantes montes, Alicantos Pintos, Pájaros Cantantes dijo el saltamontes, Mochilas para los cuadernos, Aquí merengues.

Temporales y meteorológicas: Al ratón vaquero, Al ratón le gusta el queso y al perro su hueso, Ya estufas por hoy, Hace mucho frijol

Hacerse la remolona: Persona o institución que rehúye o se resiste a hacer un trabajo, a aceptar o admitir una obligación o algo que no gusta, a menudo por pereza.

Para mí, la más divertida de nuestras expresiones populares es Abuelita de Batman. Es para afirmar algo de manera firme y categórica o expresar un gran entusiasmo, es algo relativo a un producto de la gallina, que se preparan estrellados, revueltos, con jamón, tocino, rancheros, a la mexicana… sí, sí ese mero.

Otras Frases: Con la vara que midas serás medido. Al nopal solo se le arriman cuando tiene tunas, Botellita de Jerez, todo lo que me digas será al revés, espejito espejito, soy espejo y me reflejo, ya costo más caro el caldo que las albóndigas, Le pone mucha crema a los tacos, El burro hablando de orejas, El que con lobos anda, a aullar se enseña, Dime con quién andas y te diré quién eres, El que nace pa’ tamal, del cielo le caen las hojas. (En Cuba se usa, El que nace pà martillo, del cielo le caen los clavos). El sordo no oye, pero bien que compone, La suerte de la fea, la bonita la desea. A Jarrito nuevo, ¿dónde te pondré?… Lo malo es que tiene segunda parte, Jarrito viejo, ¿dónde te tiraré?

Lo que no va en lágrimas, va en suspiros, Nada sabe su violín y todos los sones toca, Ni tanto que queme al santo, ni tanto que no lo alumbre, No la hagas de redentor o saldrás crucificado, Para uno que madruga hay otro que no se duerme, El complemento perfecto para “Al que madruga, Dios le ayuda”, Se hace pesado el difunto cuando siente que lo cargan, O cargo la virgen o trueno los cuetes, Según el sapo la pedrada, Si quieres conocer a Inés, vive con ella un mes, el muerto y el arrimado a los tres días apesta, Viejo el mar y todavía hace olas, viejos los cerros y reverdecen.

Y entre mis refranes favoritos:

No le tengo miedo al chile… aunque lo vea colorado. Asústame panteón. Pero si no te voy a cargar, Me pondrás en la m…. pero limpio no te vas. Perro que ladra, no muerde, ya que subraya la valentía del que lo dice, para enfrentarse a cualquier tipo de reto.

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