Dejen ustedes que deban hasta los choninos, estos tíos que manejan Pemex ni siquiera hacen el intento de pagar por lo que deben.
Les deben a los proveedores miles de millones de pesos, lo reconocen, no obstante que ha habido protestas y ahora una huelga de prestadores de servicios de transporte para el personal de plataformas: ni hacen la finta de que van por la cartera.
Se acogen al tradicional “Debo no niego, pago no tengo”. A todas luces le vale a este Gobierno un bledo que quiebren los proveedores de Pemex, que ciudades enteras en Tabasco o Campeche, que viven de proveer a Pemex bienes y servicios, tengan un año -o más- sin recibir un centavo por los servicios prestados o los bienes que de ellos adquirió el monopolio gubernamental. Tan le vale que nadie se molesta en armar un plan de pagos, o intentar iniciar un “Pemexproa” que permita a los proveedores recibir lo que se les debe para que puedan cubrir su nóminas.
Dicen estos cuates -y cuatas- de la 4T que su “movimiento” es “humanista”. ¡Vaya humanista una actitud que le vale mádere el que asalariados y trabajadores de las empresas a las que Pemex ha quebrado por su “no pago” puedan ser saldados y que reciban -como mínimo- su aguinaldo! Esta actitud conchuda por parte del monopolio gubernamental indica que lo del humanismo es puro rollo. Les debería dar vergüenza abusar de la gente apropiándose de lo que no les corresponde, que es el trabajo y los bienes materiales ajenos.
¿Cómo explicarnos que no exista un plan gubernamental para saldar esa deuda? ¿Qué la intención es no pagarles nunca y que sean particulares quienes de su bolsa subsidien al gigante monopolio? Ni la Presidenta ni su Secretario de Hacienda, Ramírez de la O; ni el Secretario de Economía, Ebrard, ni la Lic. Altagracia Gómez, que encabeza el “grupo asesor” empresarial que conformó para la foto la Dra. Sheinbaum, han dicho ni pío sobre este escabroso tema.
Entendemos que al Gobierno sheinbaumista le está llegando la lumbre a los aparejos, con eso de que al Secretario de Seguridad, consentido de la Presidenta, Omar Hamid García Harfuch, le han asesinado ya a cuatro personas cercanas a él: dos escoltas -y una mujer inocente- en el atentado contra él a manos del CJNG en el 2020, luego la ejecución del que fue su mano derecha, Milton Morales, en el Edomex, y ahora un agente especial de Inteligencia de sus confianzas, en Culiacán, ciudad que arde y en la que se muestran los illuminati cuatroteros incapaces de apagar el fuego.
Con o sin Ejército, las refriegas en las calles sinaloenses continúan, las balaceras, los alardes de los capos, y lo que es -de facto- una asonada que reta frontalmente al Gobierno, todo va en escalada, lejos de haber sido contenido.
Eso sí, reuniones del “Gabinete de Seguridad” no faltan, contadas las del pasado sexenio deben de ser más de 2 mil, suena a que son muchas, pero por más que se juntan y juntan falta algo, ¿y saben qué es? ¡Resultados!
Hasta la fecha tanto el Gobierno pasado como el actual les han hecho los mandados a las organizaciones terroristas que generan violencia en México, e inquietud en Estados Unidos, al grado de que los radicales del equipo trumpiano hablan incesantemente de la necesidad de intervenir militarmente en México para ponerles un alto a los cárteles que el Gobierno mexicano se muestra incapaz de poner. Terrible situación sería ésta, que aunque improbable resulta posible, dada la naturaleza impulsiva del futuro ocupante de la Casa Blanca.
Sí, trae broncas la Presidenta, broncas que le tocan al “Gabinete de Seguridad”, pero ¿y qué con el Gabinete de Economía? ¡¿No hay nadie ahí, o qué?! Alguien responsable que configure, ¡pero ya! un Pemexproa que reconozca los adeudos de Pemex y defina un plan para saldarlos.
Esto sería lo responsable, lo “humanitario”: todo lo demás resulta abono para las jardineras.