Decenas de trabajadores de la construcción peregrinaron ayer del parque Hidalgo hasta el templo de San Juan Bosco para conmemorar el día de la Santa Cruz.
Más de 70 albañiles junto con sus familias caminaron durante más de 40 minutos para agradecer al santo y a la Virgen el trabajo y la comida que durante este año llegó a sus hogares.
Entre 10 albañiles cargaron la cruz más grande que medía tres metros de largo y estaba adornada con flores blancas; caminaron con ella en hombros.
Alrededor de esa cruz los creyentes cantaron mientras llevaban cruces más pequeñas adornadas con papel celofán de varios colores y flores.
“Es que es lo más preciado que tenemos porque es la que no da de comer, salud, trabajo, la tenemos que cuidar”, dijo Rolando Pérez, vecino de la colonia Morelos.
Las plegarias surgieron durante el trayecto, unos oraban en voz alta y otros sólo cerraban los ojos para suplicar a Dios por bendiciones para el año venidero.
El fuerte sol pegaba como diariamente se sienten en sus respectivas obras, donde laboran hasta 10 horas.
Llegando al templo se formaron para pasar formados hasta el altar y saludar al Señor; las cruces ya estaban benditas, sólo esperaban a que el reloj marcara las 12 del mediodía para iniciar con la misa con dedicatoria especial para los albañiles.
Junto con sus seres queridos los albañiles escucharon atentos la homilía y pidieron por la unidad familiar.
Al salir la celebración fue con una carne asada, carnitas, guacamole, refrescos, cervezas y hasta un tequila que los esperaba en sus casas, pues este día no pudo pasar desapercibido.