La actividad sísmica en el País está dentro de lo esperado.
En lo que va del 2014, se han registrado en México 2 mil 188 sismos mayores de 3 grados Richter debido a los movimientos de las placas tectónicas sobre las que vivimos.
Víctor Espíndola, encargado del Servicio Sismológico Nacional, precisó que se estima que cada año, nuestro País se ve afectado por más de 5 mil movimientos telúricos, aunque existen registros donde la actividad ha sido mínima.
En 2012, por ejemplo, se registraron 5 mil 102 temblores, mientras que en 2005 sólo se registraron 847.
Los movimientos en la región del Pacífico se deben al proceso de subducción de la Placa de Cocos que, literalmente, se mete por debajo de la Norteamericana (donde estamos viviendo), a una velocidad de 5.6 centímetros por año, en la zona de Guerrero.
De ahí que los especialistas han alertado desde hace tiempo que la gente debe estar atenta a los avisos que hace el Sismológico sobre la actividad en la zona.
El especialista en sismología precisó que luego de que aún cuando la subducción tiene velocidades ya calculadas por los especialistas, lo que permite a los investigadores predecir estimar las regiones donde se producen más eventos de este tipo.
Por ejemplo, cerca de Guerrero, la placa de Cocos se mete bajo la Norteamericana a una velocidad de 5.6 centímetros por año, lo cual no suena muy rápido, pero que genera el 25 por ciento de los sismos que se perciben en la Ciudad de México.
En tanto, que la zona hacia Oaxaca y Chiapas llega a los 7 centímetros por año, generando más del 40 por ciento de los movimientos telúricos.
El investigador añadió que por estas razones la gente debe mantenerse alerta y revisar mejor los sitios de donde habita, así como seguir las recomendaciones de Protección Civil y revisar las recomendaciones sobre cómo comportarnos antes, durante y después de un sismo, así como tomar los simulacros con mucha seriedad.
Desde hace tiempo, recordó, se ha hablado de que en la Brecha de Guerrero puede producirse un movimiento de importancia, pues la energía liberada hasta el momento no corresponde con la energía que, se calcula, hay acumulada en la zona.
“Decimos que aún esperamos un sismo mayor, pues se ha calculado que debería haber un sismo 600 veces más fuerte respecto al sismo del 8 de mayo, es decir, mucho más intenso”, comentó Espíndola.
El catedrático añadió que aún así, también es necesario estar pendientes de la zona del Itsmo de Tehuantepec, pues desde hace más de 100 años no se genera un movimiento sísmico de consideración en la zona.