Es el primer año que pasa un 10 de mayo sin su madre, comentó doña Carmen Ramírez Piceno, a pesar de la ausencia física no se olvida de ella, ayer al mediodía fue a llevarle flores a su tumba y a rezarle un Rosario como muestra de cariño y agradecimiento por todo lo bueno que le dio en vida.
Hace apenas seis meses, a los 81 años de edad, falleció su madre, quien en vida respondió al nombre de Esperanza Piceno, desafortunadamente a causa de la diabetes sufrió un paro cardiaco.
Al llegar a la tumba de su madre, doña Carmen no pudo evitar las lágrimas. “Es muy poco tiempo y siempre la extrañaré, más aún en esta fecha del Día de las Madres”, expresó.
También fue su hija y sus nietas, ellas ayudaron a limpiar un poco la tumba de doña Esperanza, quien tenía algunos arreglos de flores de sus otros hijos.
Ellas le llevaron rosas rojas y algunos crisantemos blancos, pues eran sus preferidas, así adornaron su tumba en este primer año.
“No para todos es alegre esta fecha, pues hay personas que ya no pueden gozar de la compañía de su madre, lo mejor es demostrar el cariño en vida porque ya cuando no están hacen mucha falta”, señaló.
Seguido va al panteón doña Carmen, pero le resulta triste ir a ese lugar, ayer le fue más difícil por ser un día especial, pues guarda recuerdos de años atrás, cuando tenía la dicha de felicitar a su madre.
Sin embargo, “la muerte es una cruda realidad que tenemos que enfrentar aunque no queramos”, finalizó.

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