Entre repicar de campanas, cantos, oraciones, lágrimas y aplausos los fieles católicos de León despidieron ayer el pontificado del Papa Benedicto XVI.
A la una de la tarde, 8 de la noche en Roma, comenzaron a repicar las campanas y decenas de feligreses comenzaron a aplaudir en el interior de la Catedral.
El rector José Salomé Lemus, que estaba confesando, se paró y al pie de un crucifijo comenzó a orar y no pudo contener las lágrimas.
El ceremoniero de la Catedral, Monseñor José de Jesús Salazar Álvarez, recordó con tristeza y nostalgia al Santo Padre, a quien tuvo la oportunidad de saludar en su visita, hace 11 meses.
Monseñor Salazar fue el ceremoniero en la misa celebrada en la Expo Bicentenario y luego cuando el Pontífice visitó la Catedral, ambas el 25 de marzo de 2012.
“Tuve la oportunidad de saludarlo en tres ocasiones: en la misa en el Parque del Bicentenario, en la Catedral y luego en el Miraflores. Un hombre sencillo y con gran humildad que nos deja una profunda huella”.
Agregó que sin duda hay un gran pesar por su decisión.
“Humanamente se siente una gran tristeza. Todo el pueblo santo de Dios siente lo mismo. A un corazón bien nacido no le deja de afectar una partida de una persona que uno aprecia y reverencia, como el Papa.
“Siento un gran dolor por su partida desde el punto de vista humano, pero desde la fe tiene uno que recibir lo que es la voluntad de Dios; él en conciencia dice que debe retirarse y lo consultó delante de Dios, y hay que respetar la voluntad del Pontífice que dice que él ya no puede”.
“Ha sido el final de un ministerio petrino, inicia un periodo de sede vacante y ya rezamos porque los cardenales reciban la luz del Espíritu Santo”, añadió.
Previamente, en la misa de 12 en Catedral, Salazar pidió a los feligreses orar por el Papa Benedicto XVI y por los cardenales que elegirán al nuevo Pontífice.
“El Papa Benedicto XVI ha decidió renunciar para que venga otro Papa que con mayor fuerza venga a afrontar las necesidades que tiene la Iglesia, necesita un Pastor más fuerte. Él tiene la voluntad pero las fuerzas ya no le responden”.
Pidió a los fieles orar por él.
“Él mismo pedía a los cardenales orar por él y a tantos fieles que se reunieron en Roma. Pedimos oración para que Dios lo bendiga y lo sostenga ahora en su nueva vida. Como él mismo lo explicó: no es que yo me baje de la cruz, no, yo sigo en la cruz, pero en otra forma y acompañando a la Iglesia”.
“Todo mundo sabemos que las despedidas son tristes. Pero el Papa sigue cerca de la Iglesia, de otra manera, orando, como siempre lo había hecho crucificado, desde el silencio, desde la oración, desde el silencio de la contemplación”, añadió, añadió el padre José Salomé Lemus.
El Canónigo confió que con el nuevo Papa vengan tiempos mejores para la Iglesia.
“Vendrán otros tiempos y Dios nos socorrerá con otro Pastor que necesitamos”.