Noventa y siete días después, con tono vigoroso y voz sensiblemente rasposa, Tito Vilanova rompió su silencio en una multitudinaria rueda de prensa realizada el viernes en la ciudad deportiva del Barcelona.
Lo hizo aproximadamente al mes de regresar al banquillo azulgrana, y en un momento delicado para el Barça, al borde de celebrar su 22do campeonato de liga pero recién goleado, 4-0, en el partido de ida por semifinales de la Liga de Campeones en Munich.
“Me encuentro muy bien después de pasar un proceso como el que he pasado. Si no he venido antes es porque tenía efectos secundarios como el de la voz, pero cada día me encuentro mejor y con más ganas. Estaba deseando estar aquí con vosotros”, fue lo primero que dijo el timonel catalán ante el notable número de periodistas congregados para cubrir su primera comparecencia informativa desde el 19 de enero, cuando analizó la derrota por 3-2 ante la Real Sociedad antes de embarcar rumbo a Nueva York para someterse a un tratamiento contra el cáncer glandular que le fue diagnosticado inicialmente en 2011.
“Me siento con fuerzas para seguir siempre que la salud me siga respetando. Nunca tuve el pensamiento de dejarlo. Cuando estoy dos días de fiesta en casa, me aburro. Entrenar es mi vida. Lo vivo de forma muy natural y no me aporta ninguna carga. Los médicos me dijeron incluso lo contrario, que siguiera trabajando. Seguiré seguro”, se aprestó a aclarar el timonel ante las preguntas sobre su continuidad.
Pese a que Vilanova retomó la actividad hace un mes, dirigiendo su primer partido por la ida de cuartos de final de la Champions contra el Paris Saint Germain el 2 de abril, hasta el viernes fue su segundo, Jordi Roura, quien atendió a los medios informativos. Como había hecho durante su prolongado período de baja.
El impacto negativo de la ausencia de Vilanova, quien venía de completar la mejor primera vuelta de la historia de la liga, con 55 puntos conseguidos de 57 posibles, fue notable. El equipo sufrió un bajón, perdiendo en dos ocasiones con el Real Madrid, que le eliminó de la Copa del Rey, y sufriendo más de lo esperado en la Champions, competición de la que se despedirá el miércoles en caso de no remontar la goleada infligida por el Bayern.
“El hecho de no poder comunicarme con los jugadores directamente, cara a cara, puede haber afectado, pero debo agradecer su compromiso. Lo de la autogestión es una historia”, despachó Vilanova, antes de unir filas de cara al difícil reto europeo. “Si salimos con la idea de marcar cuatro goles no lo haremos. Tenemos que salir a intentar ganar, competir, y luego ver qué pasa. Nosotros también podemos hacer un buen partido en casa. No me apetece tirar la toalla”.
Roura, calificado como “héroe” por el presidente Sandro Rosell en ausencia de Vilanova, esperó el regreso del reconocido “jefe”, dejando un simbólico asiento vacío en el banquillo del Barsa. “Le tocó un papel nada fácil porque era el segundo entrenador y tenía que asumir el de primero delante de los jugadores. Lo hizo a un nivel altísimo y se lo agradezco también a nivel personal”, subrayó Vilanova.
“A día de hoy el Barcelona tiene un mejor staff que cuando yo me fui. El club tenía una situación muy, muy complicada, con el entrenador fuera por un tiempo. Yo habría entendido cualquier decisión, porque hubiera sido una decisión profesional”, declaró.
En relación a su antecesor en el cargo y futuro entrenador, precisamente, del Bayern Munich, Pep Guardiola, Vilanova no desmintió los rumores que apuntan a un creciente desencuentro entre ambos. “Pep y yo somos íntimos amigos desde pequeños, pero sí que es verdad que, con la distancia las relaciones sufrían”, reconoció.
Decidido a transmitir un tono vital optimista, Vilanova encajó con humor las críticas por el partido en Munich y la supuesta dependencia del astro argentino Lionel Messi. “Pues han tardado en llegar las primeras críticas, en cierta manera, siempre hemos tenido ‘Messidependencia’. ¿Cómo no la vamos a tener del mejor jugador del mundo? Es normal. Pero él también rinde a un nivel muy alto porque los jugadores que le rodean son muy buenos. Ojalá sigamos dependiendo de él”, espetó el técnico, insinuando quizás algunas de las claves de su particular proceso de recuperación en su análisis sobre el partido de Munich.
“Cuando vienes de perder el primer día estas fatal y luego vas mejor y piensas en progresar y ser mejor. Es como funciona la vida: no puedes avanzar pensando siempre que todo va a salir fatal”, concluyó Vilanova.
“Me siento con fuerzas. Seguiré”: Vilanova
El director técnico del Barcelona rompe el silencio y habla con la prensa sobre su estado de salud.