Ante la presencia del ecónomo de la Arquidiócesis, el padre Carlos Muñoz Franco, y de Monseñor José de Jesús Ortiz Ayala, el rector del Santuario Expiatorio Diocesano del Sagrado Corazón de Jesús, el padre Magdaleno Olvera Salazar, entregó la administración al padre Eduardo Contreras Gutiérrez.
“Aquí voy a seguir hasta que Dios quiera”, dijo el padre Magdaleno, quien sostuvo que espera festejar con una misa concelebrada sus 70 años como sacerdote el próximo mes de octubre.
Fue ordenado el 10 de octubre de 1943.
Mientras que el padre Eduardo dio a conocer que el próximo jueves a las 6 de la tarde, un grupo de fieles católicos de la Parroquia de San Pío X lo entregarán a su nueva misión Pastoral.
Reconoció que son muchos los retos que enfrentará, pues sabe de la gran labor pastoral del padre Magdaleno, que dedicó 37 años a la construcción del templo Expiatorio.
“Primero voy a ver qué me entregan y qué proyectos hay para continuara con el Expiatorio”, señaló el Padre Eduardo, quien dijo que el viernes, en la festividad del Sagrado Corazón de Jesús en el Expiatorio, el Arzobispo Alfonso Cortés Contreras, adelantó la ceremonia litúrgica del cambio.
El padre Magdaleno, de 96 años, dijo que ‘no se raja’ y seguirá hasta que Dios se lo permita, aunque tenga que apoyarse con su andador.
“El Arzobispo me pidió que ya descansara. La cabeza del templo ya será el padre Eduardo, porque ya mi enfermedad (padece diabetes) me está obligando al reposo, a las constantes consultas. Ya estoy afectado de la vista y otras cosas que me obligan a dejar el cargo.
“El Arzobispo me insistió y me dijo: ‘usted ya descanse, ya trabajó en grande. Ya descanse’. No me gusta el descanso, pero comprendo porque ya no puedo leer y si ya no puedo leer ya no puedo documentar y dar lo que quisiera dar. Pero apoyaré los nuevos planes y al nuevo Rector”, dijo resuelto el sacerdote.
-¿Qué se lleva?, le preguntó AM.
“Una gran alegría. Casi hago mías las palabras de San Pablo, del Evangelio del domingo, que dijo: Ya se acerca el fin. Yo he cumplido. He librado un buen combate, he llegado a la meta y he consumado la fe, de modo que lo único que me queda es esperar que el Señor me retribuya, con su justicia, la Corona de gloria”, añadió.
El padre Magdaleno vive a media cuadra del templo por lo que “más que vivir en mi casa, vivo en el templo”.
Monseñor Magdaleno Olvera Salazar aseguróque solamente le pide ya al Señor que le tenga misericordia, “que es lo único que me conmueve, pero estoy tranquilo”.

‘Le gocé tanto a la construcción’

El arquitecto José María Méndez Córdoba, quien estuvo al frente del la construcción del Expiatorio durante los últimos 25 años, recordó que el padre Magdaleno Olvera Salazar se metió tanto a la obra que él mismo aportó el diseño del piso.
“Lo que me llena de satisfacción es haber obedecido para emprender una tarea (la construcción del Expiatorio) que yo consideraba muy difícil, porque me consideraba sumamente incapaz.
“Pero obedecí y le gocé tanto a la construcción como si yo fuera arquitecto e ingeniero y aporté mis ideas. Sugerí qué se pintara en los vitrales, los temas y el piso”, señaló el sacerdote.
“Nos hizo hacer cinco proyectos distintos del piso y como quedó fue su diseño”, recordó el arquitecto Méndez Córdoba.
El padre Madaleno añadió que está pendiente el proyecto de honrar a los tres mártires de San Joaquín en el Expiatorio, porque fueron leoneses.
Para ello ya mandó pintar un cuadro con la imagen de los tres: el padre José Trinidad Rangel, Leonardo Pérez y el padre Andrés Solá Molist, misionero claretiano, para que tengan su propio altar.
“No son conocidos por los leoneses, les falta promoción”,  lamentó.

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