La capilla del Tepeyac, anexa al Templo Expiatorio Diócesano de León, es una pequeña joya de la arquitectura mexicana, que actualmente se encuentra en el olvido.
Se trata de una pequeña construcción cuadrada con techo redondo, la cual combina varios estilos arquitectónicos y se localiza en la parte posterior del recinto religioso: ésta fue creación del padre Bernardo Chávez, quien dedicó un pequeño espacio a la Virgen de Guadalupe.
En los alrededores del santuario se construyeron tres capillas, pero sólo dos de ellas se mantienen en pie: la de la Virgen de la Luz, ubicada dentro de la Casa de Ejercicios, frente a la entrada a las criptas y la del Tepeyac.
Una tercera era la dedicada a la Virgen de Lourdes, pero tuvo que ser demolida para dar paso a la Plaza Expiatorio.
Allí estaban sepultados los restos del padre Bernardo Chávez, primer capellán y rector del templo, quien murió el 14 de junio de 1951; éstos fueron exhumados y colocados en la capilla subterránea de Santa Teresita, ya dentro del templo.
En su libro “León 400 años”, el profesor José de Jesús Ojeda Sánchez, relata que el padre Bernardo Chávez era asiduo devoto de la Virgen de Lourdes y le dedicó una capilla provisional, antes de octubre de 1922, en forma de gruta, imitando la de Masabielle, en Francia.
“Se bendijo una primera imagen de Lourdes (obra del artista Brígido Ibarra), el 27 de junio de 1925, pero luego se amplió la gruta con un pocito, cuyas aguas fueron bendecidas en ocasión de las bodas de plata episcopales de monseñor Emeterio Valderde y Téllez, sexto Obispo de León”.
Añade que luego se inició la obra de ampliación el 11 de noviembre de 1933 y que al quedar terminada el Prelado la bendijo el 11 de febrero de 1935.
Tras la construcción de la Gruta de Lourdes, el padre Bernardo Chávez comenzó a construir ese mismo año la capilla denominada “El Tepeyac”, por venerarse en ella a la Virgen de Guadalupe.
El propio sacerdote trajo desde la Ciudad de México la imagen de la Guadalupana, obra de Sor Margarita Berruecos.
El profesor Ojeda Sánchez señala que se trata de una pintura de 1937 que es copia fiel de la original que se localiza en la Basílica de Guadalupe.
Dicha obra fue colocada en la parte central de la capilla, en cuyos muros laterales también se encuentran dos cuadros, obras de la misma religiosa Berruecos: uno de Fray Juan de Zumárraga, a la izquierda; y otro de San Juan Diego, a la derecha.
“El sábado 22 de abril de 1939 se iba a bendecir dicho Tepeyac Expiatorio, pero una lluvia torrencial pospuso el acto para el día siguiente, realizándola el Vicario Genera de la Diócesis, monseñor Vicente Villegas Chávez, delegado del obispo”, añade el historiador.
Antes de morir el padre Bernardo Chávez tuvo tiempo para construir la Casa de Ejercicios, anexa a la capilla dedicada a la Virgen de La Luz, la cual fue inaugurada el viernes primero de julio de 1942.
La capilla fue bendecida por el obispo Manuel Martín del Campo y Padilla el 11 de mayo de 1951.
Actualmente en la Casa de Ejercicios se realizan retiros espirituales, congresos y talleres religiosos.
El padre Magdaleno Olvera Salazar, tercer rector del templo Expiatorio desde el 2 de agosto de 1977 hasta este mes, dijo que entre las cosas que deja pendientes están restaurar la bella capilla del Tepeyac.
“Hay que retirar la puerta de malla que protege el acceso; restaurar el pequeño atrio, darle una restaurada completa por dentro y por fuera, y celebrar misa en este lugar por lo menos una vez a la semana”, señaló.
Pero esto es una tarea que deberá realizar el nuevo rector, el padre Eduardo Contreras Gutiérrez, a quien monseñor Olvera le encargó este santuario, al que entregó gran parte de su vida: 37 años.
Impactante es la imagen cuando el padre Magdaleno llegó a despedirse de la Virgen del Tepeyac. Se acercó a la pequeña, oró en silencio y se retiró.
Presumen su arquitectura mexicana
El arquitecto José María Méndez Córdoba, quien tras 25 años al frente de las obras concluyó el Templo Expiatorio, explicó la arquitectura de la bella capilla del Tepeyac.
Es una pequeña capilla redonda de no más de 20 metros cuadrados en cuyo interior apenas caben dos personas, pues es muy pequeña; señaló que su arquitectura es mexicana, la cual se puso de moda entre los años 1935 y 1945.
“Es una arquitectura en la que se combinan varios estilos que se conjuntan. Es un eclecticismo (especie de estilo mixto en las bellas artes, cuyos rasgos son tomados de varias fuentes y estilos) de forma caprichosa, como lo fue el estilo llamado mexicano”, dijo.
El techo de la capilla es una copia de las fincas francesas y está coronado con la estatua de un ángel sobre una base de estilo francés.
En la parte exterior, alrededor de la pequeña cúpula, se pueden apreciar unas ventanitas que en arquitectura se denominan “mansardas”, que están dispuestas sobre el techo inclinado de la capilla para iluminar y ventilar el interior, añadió el arquitecto Méndez.
En la misma estructura del techo se pueden apreciar 12 querubines (la orden más elevada de los ángeles) hechos de concreto.
Éstos se combinan con algunas figuras de la flor de lis, que es una representación de la flor de lirio y que en la heráldica y arquitectura francesa fue muy difundida y recuerda también ciertos elementos arquitectónicos aztecas.
Méndez informó que en el mismo techo de forma redonda, la decoración es naturista con mucha vegetación.
“La arquitrabe del techo está sostenida por columnas compuestas de elementos corintios, también llamadas columnas salomónicas o fuste, donde se pueden apreciar las bases y los capiteles de estilo corintio, utilizados en la Grecia clásica”, acotó el constructor.
Bajo la cubierta, dijo, o techo redondo, al centro, como formando un núcleo está la capilla de forma cuadrada.
En el interior del inmueble se puede apreciar un pequeño altar hecho de mármol rosa de Carrara, que es un tipo de mármol extraído de las canteras de los Alpuanos en Carrara, Italia.
“En los muros laterales de la capilla hay dos vitrales compuestos por rosas del Tepeyac”, agregó José María Méndez.
El exterior está recubierto con “mayólica”, que es el nombre que se da a un tipo de cerámica (azulejo) utilizado en la época del Renacimiento y que es fabricada en Dolores Hidalgo.
“Esta capilla es una combinación de estilos. Es muy hermosa, pero se requiere redescubrirla, arreglar el atrio y rescatar esta joya”, finalizó el arquitecto.