La Mannschaft conquistó América. La Selección Alemana es el campeón del mundo por cuarta vez en la historia de los Mundiales de futbol.
América ya no es más sólo para los americanos. El espíritu teutón, la fortaleza mental y física prevaleció para amarrar a Argentina y derrotarla con el 1-0 que le puso justicia a la Final de Brasil 2014, celebrada en el Maracaná de Río de Janeiro ante 74 mil 738 fanáticos.
Fue hasta el minuto 113, en pleno segundo tiempo extra cuando Mario Götze resolvió el juego con una definición de maestro, al bajar el balón dentro del área y sin dejarlo caer, fusilar a Sergio Romero. Un gol que valió la Copa del Mundo.
Götze había ingresado por el máximo goleador en Mundiales, Miroslav Klose, a poco del cierre del tiempo regular y cumplió con su herencia de mecer la red enemiga.
Alemania es campeón después de 24 años y Argentina, como hace 24 años también, se quedó en la orilla.
El equipo de Joachim Löw desempató las Finales ante la Albiceleste y le puso la cuarta estrella a su playera, tras las conquistadas en 1954, 1974 y 1990.
Al minuto 20 fue la Albiceleste la que tuvo la ocasión de oro para abrir el marcador, tras un error de Toni Kroos al retrasar el esférico con la cabeza y servirle en bandeja a Gonzalo Higuaín, quien mandó el balón a un lado de la meta de Manuel Neuer.
Más tarde el propio Higuaín se llenaría de euforia al cruzarse por el centro del área y rematar a gol, pero cuando festejaba el silbante italiano, Nicola Rizzoli, marcó el fuera de juego que le señaló su asistente número dos, Andrea Stefani.
Alemania tuvo que ajustar sus piezas en el juego. De entrada no pudo iniciar con Sami Khedira, quien presentó una molestia muscular en el calentamiento y su sitio lo tomó Christoph Krammer.
Sin embargo Krammer sufrió un golpe en la cabeza y a pesar de que se recuperó en apariencia, al 31’ tuvo que salir de la cancha en estado casi inconsciente y se dio el primer cambio ya oficial con la entrada de Andre Schürrle.
El cuadro teutón perdió por momentos el control en el medio terreno, pero cuando se ajustó volvió a ser incisivo.
Argentina se caracterizó más por meter fuerte la pierna y salir a velocidad en el contragolpe.
Al cierre del primer tiempo fue la Mannschaft la que quedó muy cerca de ponerle número al marcador, con el cabezazo de Benedikt Höwedes que se estrelló en el palo derecho de la meta argentina.
Lionel Messi se perdería una clara al arranque del complemento, cuando cruzó su zurdazo ante la mirada de Neuer.
En el primer tiempo extra fue Schürrle quien estuvo cerca de otorgar el triunfo pero su tiro dentro del área fue justo Sergio Romero, quien rechazó el balón.
Y por Argentina, Rodrigo Palacio, que entró por Higuaín, desperdició un mano a mano con Manuel Neuer al bombear el esférico desviado en lugar de fusilar la portería germana.
Al árbitro Rizzoli se le olvidaron las tarjetas en el tiempo extra y no sacó la segunda amarilla a Javier Mascherano, ni a Agüero cuando le dio un manotazo a Bastian Schweinsteiger.
Pero luego llegó la jugada del golazo de Götze que sentenció el juego y le dio a Alemania su cuarto Mundial.
La tercera sí es la vencida. Después de perder con Argentina en 1986, Alemania ya le destrozó la vida dos veces, en el 90 y ahora en el 2014. La Copa del Mundo es para el futbol de la selección de Alemania.
Cabeza y espíritu germano
La medular de Alemania y su efectividad recaen en Bastian Schweinsteiger, genio y figura del cuadro teutón.
Bastian no porta el gafete de capitán porque está Philipp Lahm, pero el dorsal siete es el general dentro del campo de batalla, sacando la casta a cada momento por su selección.
Los ataques de la maquinaria teutona nacieron de sus pies, fuese por su visión de campo o porque él era el primero en recuperar un balón y nadie lo pudo detener.
Ni Sergio Agüero lo paró cuando le hizo un corte en el pómulo derecho con un puñetazo directo en pleno salto.
Bastian Schweinsteiger es la cabeza y el espíritu de la selección alemana.