Jesús Nava Medina fue señalado por su pareja sentimental, como quien en agosto del año pasado golpeó hasta la muerte al hijo de ambos de 7 años.
Metió el cuerpo en un tambo y lo enterró en el patio trasero de su domicilio.
También fue detenida la madre, María Guadalupe Balcazar Canedo, de 23 años, y el tío de nombre, Jorge Nava Medina, de 32 años.
Y fueron rescatadas las dos hijas de la pareja de 5 y 6 años respectivamente, a quienes tenían amarradas dentro de un cuarto de un autolavado, presentaban marcas de golpes y síntomas severos de deshidratación y desnutrición.

Denuncian abuso

La Procuraduría General de Justicia (PGJ) del Estado de Guanajuato informó que la denuncia se recibió la noche del lunes, a través de la plataforma “Procúrate y Asegúrate”, por medio de la aplicación móvil ProcurApp.
Con la herramienta “Denuncia Fotográfica” se recibió una imagen que mostraba a dos niñas golpeadas y colgadas de los brazos, la cual fue tomada por un denunciante anónimo que captó la escena por medio de un orificio.
Esto alertó a la Unidad Especializada de Atención a la Mujer, Agentes del Ministerio Público y el grupo táctico de la Policía Ministerial, quienes en menos de 30 minutos rodearon la vivienda ubicada en la calle 5 de Febrero, en la Zona Centro, de Acámbaro.
Salió Jesús Nava Medina, quien dijo ser el padre de las menores, y que señaló que estas se encontraban en su negocio “Autolavado Los Pits”, ubicado en la calle Guerrero.
Al acudir, se encontraron a la madre, quien en una actitud nerviosa señaló que las niñas estaban en casa de unos tíos, pero los agentes le solicitaron una inspección y fue cuando localizaron a las menores dentro de un cuarto oscuro y húmedo.
Las niñas tenían marcas de violencia en manos y pies que denotaban el tiempo en el que permanecían amarradas, además de visibles golpes y graves síntomas de deshidratación y desnutrición.
En ese momento se ordenó la detención de los padres y del tío, este último mientras se deslindan responsabilidades y se determina su situación jurídica.

Macabro hallazgo

Mientras personal médico examinaba a las pequeñas y a la vez recibían alimentos, la niña de seis años dijo que tenían otro hermano mayor al que hace tiempo no veía y al que temía lo hubiera matado su padre, ya que lo golpeaba de forma brutal.
Al interrogar a María Guadalupe, confesó que su pareja asesinó a su hijo el 8 de agosto de 2013, quien en ese entonces tenía siete años, y a quien metieron en un tambo de plástico azul en el patio trasero de su domicilio.
Peritos forenses excavaron un área de cuatro metros cuadrados, donde se encontró el tambo sellado, de los que se utilizan para almacenar residuos de las empresas químicas, el cual estaba enterrado entre cemento y tierra.
Dentro se encontraron los restos del pequeño en avanzado estado de descomposición, que de acuerdo a la necropsia practicada por el Servicio Médico Forense (Semefo), se determinó que falleció a consecuencia de un fractura en la cabeza y una lesión grave en el pecho.

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