El instrumento más popular estos días en los quirófanos de Estados Unidos es un robot de múltiples tentáculos apodado da Vinci, que cuesta un millón de dólares y que se usa en unas 400.000 cirugías al año.
Sin embargo, el asistente mecanizado está en la mira debido a denuncias de que es demasiado costoso y que ha causado la muerte de varios pacientes.
También ha habido una serie de escabrosos accidentes: en un caso, el brazo robótico no soltaba el tejido al que había sujetado en medio de una operación, y en otro, el brazo golpeó el rostro de una paciente que estaba acostada en la mesa del quirófano.
¿Acaso habrá llegado la hora de limitar el uso de esta máquina?
Algunos médicos opinan que sí, arguyendo que la popularidad del robot se debe sólo a una hábil campaña de publicidad y mercadeo. Sostienen que no hay evidencias concretas que la cirugía mecanizada es más eficiente que la convencional.
Muchos hospitales en Estados Unidos promueven la cirugía robótica en los panfletos publicitarios que entregan a los pacientes, en sus sitios de internet e incluso en vallas publicitarias. El objetivo, en parte, es precisamente atraer clientes para poder financiar la costosa máquina.
El da Vinci se usa en todo tipo de operaciones, incluyendo la extirpación de próstatas, vesículas y úteros, la reparación de válvulas sanguíneas, la reducción estomacal y el trasplante de órganos. La máquina se usa en todo el mundo, pero su uso se ha popularizado particularmente en Estados Unidos.
“Estamos en la cima de nuestro logro. Lo que considerábamos imposible hace 10 años es ahora común”, declaró doctor Michael Stifelman, jefe de cirugía robótica en el Centro Médico Langone de la Universidad de Nueva York.
Para un cirujano, que con el robot puede realizar una operación sentado frente a una computadora, la opción es mucho menos agotadora y además al robot no le tiembla las manos. Los partidarios de esta tecnología dicen que hay menos sangrado y que la recuperación es más rápida.
Pero la Administración de Alimentos y Medicinas de Estados Unidos está investigando una serie de denuncias relativas al robot. Hace unos meses la agencia, conocida como FDA por sus siglas en inglés, inició un sondeo de cirujanos para ver qué opinaban del nuevo sistema. La agencia realiza esos sondeos de manera rutinaria, pero Synim Rivers, portavoz de la FDA, dice que la pesquisa en este caso se debe “al aumento de denuncias recibidas”.
Entre los reportes, se menciona al menos cinco fallecimientos de pacientes.
No se sabe con certeza si en realidad la cifra de fallecimientos es mayor. Rivers sostuvo que no puede calcular el aumento y posiblemente se trate simplemente de que hay una mayor conciencia del problema. Los médicos no están obligados por ley a reportar tales defectos, pero los fabricantes y los hospitales sí lo están.
Es posible también que la cifra responda a que el robot se usa más hoy en día. El año pasado se realizaron 367.000 cirugías con el robot, comparado con 114.000 en el 2008, según el fabricante de los da Vinci, Intuitive Surgical Inc., una compañía con sede en Sunnyvale, California.
Da Vinci es el único producto de la empresa y es el único sistema robótico que ha sido aprobado para cirugías de tejido suave en Estados Unidos. Hay otros artefactos robóticos que se usan, por ejemplo en operaciones ortopédicas o neurológicas.
En una base de datos de la FDA sobre problemas denunciados, el nombre de la compañía aparece vinculado a 500 casos desde el primero de enero del 2012. Muchos de esos fueron obra de Intuitive Surgical. Los reportes incluyen incidentes ocurridos hace muchos años atrás, y algunos están repetidos. No hay evidencias de que los problemas fueron causados por el robot, y en muchos casos los pacientes permanecieron ilesos. Entre los reportes estaban:
– Una mujer que murió durante una histerectomía en el 2012 cuando uno de los robots accidentalmente le cortó una vena.
—-Un hombre que murió tras una operación del bazo, en el 2007.
– Un hombre en Nueva York a quien al parecer le perforaron el colon durante una operación de la próstata. El fabricante de los Da Vinci registró esa denuncia tras leer un artículo en un diario sobre el tema, y dijo que el médico se negó a facilitar información adicional.
– Un brazo robótico que se aferró y se rehusaba a soltar un trozo de tejido al que se había aferrado durante una operación colorrectal el 14 de enero pasado.
“Nos vimos obligados a apagar la máquina entera para poder abrir las mandíbulas del robot”, dice el reporte registrado por el hospital. Añade que el paciente resultó ileso.
– Un brazo robótico le pegó a una paciente en el rostro durante una histerectomía. Intuitive Surgical registró la denuncia pero dijo que no quedó claro si la paciente resultó lastimada. Aun así los médicos decidieron realizarle otro tipo de cirugía, más invasiva.
Intuitive Surgical presentó todas esas denuncias menos una.
Siempre puede haber complicaciones, con cualquier tipo de cirugía, y hasta ahora no queda claro si hay más complicaciones cuando se trata de cirugías con robot. Eso es lo que la FDA está tratando de averiguar.
Intuitive Surgical niega que en realidad haya más problemas con su artefacto, y dice que el aparente aumento se debe a que desde el año pasado está aplicando un mecanismo distinto para reportar incidentes.
El sistema da Vinci “tiene un historial de seguridad excelente con más de 1,5 millones de cirugías practicadas a nivel mundial, y las tasas de incidentes negativos se han mantenido bajas y coinciden con la tendencia histórica general”, declaró la portavoz de la compañía Angela Wonson.
Sin embargo, un estudio que se publicará próximamente parece indicar que los incidentes reportados son en realidad menos que los incidentes ocurridos. Incluyen casos de “complicaciones catastróficas”, expresa el doctor Martin Makary, un cirujano de la Universidad de Johns Hopkins quien fue uno de los autores del estudio.
“La implementación agilizada de la cirugía robótica… por lo general se ha realizado sin la evaluación apropiada”, declaró Makary.
El sistema da Vinci, que está en el mercado desde el 2000, incluye un robot con tres o cuatro extremidades que es operado por cirujanos sentados en una consola a poca distancias del paciente. Los cirujanos son capaces de ver dentro del cuerpo del paciente debido a una cámara diminuta conectada a uno de los brazos robóticos. Los otros brazos esgrimen minúsculos instrumentos quirúrgicos.
Las operaciones con el robot son similares a la laparoscopia, en que se usan instrumentos diminutos, introducidos en el cuerpo mediante pequeñas incisiones y guiados por una cámara en miniatura, aunque en esos casos el cirujano realiza todas las labores, no un robot.
Casi 1.400 hospitales en Estados Unidos — casi uno de cada cuatro — poseen un sistema da Vinci. Cada uno cuesta aproximadamente 1,45 millones de dólares, a lo cual se debe añadir unos 100.000 dólares de mantenimiento anual.
Probablemente la operación más común que se hace con robot es la extirpación de la próstata, de las cuales el 85% se hace con el brazo mecánico. Otra operación que se hace muy comúnmente con el Da Vinci es la histerectomía, dijo Wonson.
Makary dice que en realidad no hay justificación para el aumento de las cirugías robóticas, afirmando que se debe simplemente a hábiles campañas publicitarias por parte de hospitales y compañías fabricantes de equipos médicos.
Makary dirigió un estudio realizado en el 2011 según el cual 4 de 10 hospitales promueven la cirugía robótica en sus sitios de internet, a menudo con frases facilitadas por la compañía fabricante. Algunas de las frases exageraban los beneficios del aparato o eran engañosas, según la examinación.
Stifelman, el cirujano en Langone, dice que es perfectamente aceptable que un hospital promueva la cirugía robótica o cualquier otro procedimiento de alta tecnología, pero que ello no quiere decir que esa es la opción apropiada para todos los pacientes.
“Es responsabilidad del cirujano … decirle al paciente que hay muchas opciones” y hablar con él sobre las ventajas y riesgos, afirmó.
El hospital donde trabaja calcula que este año se realizarán allí más de 1.200 cirugías robóticas, comparado con sólo 175 en el 2008.
Para algunas operaciones específicas en las que se necesita alcanzar zonas recónditas del cuerpo, la cirugía robótica tiene sus ventajas, dice Makary, como operaciones del cráneo, del cuello, o del recto.
Algunos cirujanos dicen que las operaciones robóticas también son ventajosas para operaciones en pacientes extremadamente obesos, cuyo tamaño hace difícil las operaciones convencionales.
“Debido a que se realiza en una consola, la operación puede realizarse con precisión y eficiencia, lo que produce una mejor calidad”, dice el doctor Subhashini Ayloo, cirujano del centro médico de la Universidad de Illinois en Chicago.
Ayloo, quien usa el robot da Vinci, inició el año pasado un estudio sobre la eficacia de la cirugía robótica en pacientes que necesitaban un trasplante de riñón. Algunos hospitales se niegan a realizar trasplantes con pacientes obesos que tienen riñones defectuosos, debido al riesgo que conlleva.
En el estudio, se realizaron operaciones de reducción estomacal y de trasplante de riñón al mismo tiempo. Los pacientes que recibieron ambas serán comparados con un grupo de control que sólo recibió trasplantes de riñón, con el robot.
“No sabemos los resultados, pero hasta ahora se ve bien”, dijo Ayloo.
Aidee Díaz, de Chicago, fue la primera paciente y se sorprendió cuando se le informó que la operación se haría mediante un robot.
“Al principio me asusté, pensaba, ¿cómo es eso de un robot?, pero a la larga ese robot realiza muchos milagros”, dice Díaz, de 36 años y quien no ha sufrido complicaciones tras su operación, realizada hace varios meses. Además ha perdido 45 kilos (100 libras), con el riñón nuevo funcionando bien.
Las demandas para casos en que los resultados han sido defectuosos mencionan factores como la falta de entrenamiento del cirujano para operar el robot.
Tales demandas han ocurrido en casos como por ejemplo uno por negligencia médica, que se resolvió el añoi pasado con una compensación de 7,5 millones de dólares ordenada por el jurado para la familia de Juan Fernández, un residente de Chicago que falleció en el 2007 tras una operación robótica del bazo. Según la demanda, los médicos accidentalmente perforaron los intestinos a Fernández y eso produjo una infección fatal.
Los médicos aseguraron que Fernández sufría de una enfermedad que le causó el daño intestinal, pero había sido la primera operación robótica de uno de los médicos y el uso de ese artefacto era algo innecesario, dijo el abogado de Fernández, Ted McNabola.
Añadió que un testigo en el juicio le comentó que era como “usar un camión de carga para ir al supermercado a comprar un litro de leche”.
Geoff Curtis, portavoz de Intuitive Surgical, dijo que la empresa cuenta con instructores especializados que entrenan a los cirujanos para usar el robot. Sin embargo, no se les entrena a usar el robot para procedimientos específicos, comentó, aclarando que es cuestión de cada hospital determinar “si un cirujano en particular está listo para operar con el robot”.
Un ensayo publicado en el 2010 en el New England Journal of Medicine afirmó que un cirujano tendría que usar el robot en por lo menos 150 operaciones para convertirse realmente en adepto. Pero no hay consenso entre expertos sobre cuánto entrenamiento es realmente necesario.
Alexis Grattan, una ejecutiva bancaria en Nueva Jersey, se operó de la vesícula en el Centro Médico de Hackensack y antes hizo una buena investigación por internet. Asegura que los años de experiencia del médico con el robot fue un factor importante en el éxito de la operación. Ella también había escuchado que el cirujano estaba entre los primeros en hacer la operación con el robot, que requiere sólo una pequeña incisión en el abdomen y no las cuatro que requiere la operación convencional.
“Tengo 33 años, y esas cicatrices me quedarán para toda la vida”, comentó Grattan.
La operación se hizo sin percance y Grattan estaba de vuelta en su oficina la semana siguiente.
Robots cirujanos son un arma de doble filo
Un robot de múltiples tentáculos, apodado da Vinco, se ha vuelto el instrumento más popular en los quirófanos de Estados Unidos.