Vendedores de AK-47 en Estados Unidos afirman haber agotado existencias luego que el Gobierno del Presidente Barack Obama prohibió la importación de este tipo de armas fabricadas en Rusia como parte de las sanciones contra Moscú por su ingerencia en el conflicto ucraniano.
De acuerdo con el periódico The Washington Post, algunos clientes compraron 8 ó 10 armas por mil dólares cada una.
“La comunidad pro armas se movió muy, muy rápido”, dijo Blain Bunting, presidente de Atlantic Firearms.
“No veo esta prohibición desaparecer”.
Aunado al temor de una escasez de AK-47, propietarios de armas también vieron la sanción como una excusa para que los demócratas sigan impulsando un férreo control de armas.
Sin embargo, como muchas veces en el pasado, esto no hizo más que disparar la venta.
“La gran ironía aquí es que la amenaza de una regulación tiene el efecto perverso de estimular las ventas, y no sólo un poco”, dijo Philip Cook, un investigador de armas en la Universidad Duke y autor de “El debate sobre armas: lo que todo mundo debe saber”.
“Los números son impresionantes (…) son millones de ventas extra”.
Cuando esto sucede, algunos vendedores de armas, que ven el incremento de regulaciones en la compra como un estímulo económico, incluso han desplegado carteles declarando a Obama el vendedor del año o del siglo.
Mientras tanto, los partidarios del control de armas temen que los compradores que se abastecieron de muchas armas luego realicen ventas privadas en convenciones o subastas por internet donde la revisión de antecedentes no es requerida.