Un alboroto fue lo que causó Bruno Mars durante su primera visita a México.
El cantante, quien anunció en la mañana de ayer su llegada a territorio nacional, convocó a decenas de fans que esperaban ansiosas afuera del hotel donde se hospedaba.
Y aunque Mars no bajó a saludar a sus seguidoras, su padre Peter Hernandez sí acudió al llamado.
Acompañado por elementos de seguridad, Hernandez bajó para fumar un cigarro y aprovechó para tomarse fotos y firmar autógrafos a algunas de las fan·ticas que lo reconocieron.
“Conocí a su papá, su misma sangre, ahora quiero verlo a él”, expresó Melanie Sosa, quien no acudió a la escuela por montar guardia.
“Lo vale, faltaría toda la semana si fuera necesario”, aseguró.
Al grito de “Bruno, Bruno, Bruno”, las fans siguieron coreando el nombre de su ídolo y cantando algunos de sus temas más conocidos.
Debido al tumulto ocasionado por las 50 personas que aguardaban en la entrada principal del lugar, el staff del músico realizó una maniobra para que Mars pudiera dirigirse a su prueba de sonido en la Arena Ciudad de México.
Mientras una camioneta, en la que iban sus músicos, acaparó la atención de los asistentes, quienes intentaron meterse al vehículo, Bruno salió oculto en otra camioneta en compañía de su padre y su personal de seguridad.
Decepcionadas por que el intérprete se negó a interactuar, sus simpatizantes se alejaron del lugar siguiendo la misma dirección que la estrella.
“Que mala onda que no quisiera bajar a saludarnos, muchas van ya para el concierto, pero otras no alcanzamos boleto”, opinó Berenice Torres de 15 años.