Tras esconderse por más de 6 años, Víctor Manuel Ávila Esparza finalmente terminó tras las rejas de Puente Grande, acusado por un asesinato, en Tlaquepaque.
La noche del 23 de junio de 2008, el indiciado y un acompañante caminaban por calles de la colonia San Pedrito cuando se encontraron con Fernando Llamas, quien se encontraba con su novia.
Los jóvenes empezaron a discutir por problemas de pandillas, informó la Fiscalía General del Estado.
En el pleito, Ávila Esparza presuntamente incitó a su amigo, José Ángel Carillo Flores, para que sacara su arma y le dispara a su oponente.
La víctima quiso correr hacia su casa, pero Carrillo Flores jaló del gatillo en varias ocasiones, para privarlo de la vida, agregó la corporación estatal.
Unas horas después, policías municipales lograron detener a Carrillo Flores, quien fue enviado ante un juez y recibió una condena de 30 años de prisión, la cual todavía está purgando.
Sin embargo, el otro implicado huyó del Estado, hasta que en febrero pasado decidió regresar, pensando que las autoridades no recordarían el crimen.
Fue el pasado miércoles cuando Ávila Esparza fue localizado por elementos de la Fuerza Única para cumplimentar la orden de aprehensión en su contra.

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