El Cascanueces es uno de los clásicos navideños favoritos del público. Además de ser una historia encantadora sobre una niña que sueña con la magia de la navidad, la música de Tchaikovsky no deja de conmovernos hasta nuestros días.
Es por eso que en el marco de la celebración del doceavo aniversario del Teatro del Bicentenario Roberto Plasencia Saldaña, se presentó el reconocido Ballet de Monterrey para interpretar este cuento navideño original de Ernst T. A. Hoffman.
Por la gran cantidad de personajes que conforman esta historia, la compañía del norte invitó a que bailarines infantiles de nuestra ciudad participaran en el espectáculo, involucró a las escuelas Ballarte, Ballet y Arte Coppélia, Escuela de Danza Brisé, entre otras.
A las 8:00 de la noche se apagaron las luces y después de la pieza de obertura, se levantó el telón para que todos los asistentes se transportaran a una bella mansión en la que, en medio de una noche nevada, los invitados llegaban a la fiesta de navidad. Al poco tiempo apareció en escena la pequeña Clarita, interpretada en la primera parte por la bailarina Leslie Fuentes, quien recibe de regalo de navidad un bello cascanueces al que duerme abrazada.
Es entonces cuando la magia comienza y el Cascanueces cobra vida, viajando con Clara a una emocionante aventura que los lleva a enfrentarse al Rey Ratón y a conocer el Mundo de las Nieves, donde la pequeña danza con los copos cristalinos.
En el segundo acto, Clara y el Cascanueces ya convertido en Príncipe, llegan al País de las Golosinas donde ocurre uno de los momentos más esperados: la danza del Vals de las Flores entre los dos protagonistas.
Como si también hubieran despertado de un hermoso sueño, al igual que Clara, los asistentes que llenaron el Teatro Bicentenario se desvivieron en aplausos para agradecer la majestuosidad del ballet.